miércoles, 31 de octubre de 2007

Mientras consumes te consumes

Mis piés. Octubre 2007

- Mamá, ¿Quién es más fuerte, papá o el tigre Frostis de Kellog´s?- preguntó Chechu a su madre, mientras esta pelaba afanosamente unas patatas con un ingenioso artilugio de Ikea.

- Tu padre es mucho más fuerte…- dijo la madre, añadiendo a su respuesta toda la sinceridad que pudo conjugar en su voz y en su mirada. Y echando los tubérculos pelados en su Magefesa ultrarrápida, añadió: - ¿Y sabes Chechu porqué tu padre es más fuerte que el primo de Zumosol?-.

- Si que lo sé. Papa es el más fuerte porque se come siempre todas las barritas de merluza del Capitán Pescanova, y se toma todos los días un Actimel y un Danacol- contestó Chechu rápidamente -.

La madre miró a su hijo con ternura, le besó en la cara, dejándole una marca de Gloss nº 3 de Max Factor en la mejilla, que rápidamente limpió con una hoja de papel súperabsorbente de Colhogar mojada con un poco de saliva (¿no odiabais a vuestras madres cuando hacian esto?), y le dijo a su retoño: - ¡Muy bien Chechu, te has ganado un Kinderbueno y un gran vaso de Puleva Calcio. Y en cuanto termines, vas a ir a jugar con tus Clicks de Playmobil, mientras mamá deja el suelo como los chorros del oro con Don Limpio-.

<< El énfasis en la frugalidad y en una vida sencilla no implica que la ética del medio ambiente desapruebe el placer, sino que los placeres que valora no provengan de un consumo exagerado>>
-Peter Singer-.

Enlaces para nostálgicos/as e infectados/as por el síndrome Peter Pan:

domingo, 28 de octubre de 2007

República Sonora


República Sonora ha nacido…..matando al médico que le dio la palmadita. Es un bebe entrañablemente cabrón, endemoniadamente ruidoso y hambriento. Irá creciendo y esperamos, puliéndose con el tiempo, guiado por dos tutores responsables y maduros, que pondrán lo mejor de sí mismos, para que este tierno engendro tenga alguna clase de porvenir.


Mi gran amigo Alberto, y aquí un servidor, estrenamos programa de radio on-line, que verá la luz mañana mismo, lunes 29 de Octubre. Está cargadito de buena música, y de auténticas tonterías de esas que solemos hacer e inventar los dos, para superar los momentos más duros de las siempre largas jornadas laborales. Simplemente, queremos haceros reír y pasar un buen rato. Con eso habrán merecido la pena las juergas que nos hemos pasado haciéndolo.

Si queréis escuchar República Sonora, o cualquiera de los otros espacios que forman parte de la maravillosa iniciativa que es NNR, sólo tenéis que seleccionar o descargaros los programas de la Web www.newnoiseradio.com .

Aprovecho para dar las gracias a Mary y a Kik, por apadrinarnos en este proyecto, y por ser tan majetes y comprensivos.

Prometeros a todos/as que haremos todo lo posible para evitar en el futuro las chapucillas técnicas derivadas de nuestra primera incursión en esto de la radio casera, y recordaros que cualquiera de los personajes de República Sonora que os parezcan fieles a la realidad son pura coincidencia.

Espero que os guste. Si no, ya sabéis.....no dejemos que la palabra hijodeputa desaparezca de nuestras vidas.

Un abrazo.

lunes, 22 de octubre de 2007

Un perro debajo del carro

Castrillo de los Polvazares (León), 2007.

Busco una respuesta. ¿Es libre el perro, que pudiendo ir a donde quiera, se queda a la sombra del viejo carro, esperando plato diario de comida que su amo le brinda?. ¿Es libre el trabajador que se ata a una subsistencia basada en los pequeños placeres y comodidades que nos brinda la modernidad y la sociedad de consumo, pero a cambio, renuncia a los que le brinda su condición humana y racional?¿Hacemos lo que realmente queremos, o lo correcto, o lo que necesitamos, o por el contrario vivimos en un bosque de mentira, tapados por los árboles de la manipulación cultural e informativa, por convencionalismos y miedos que crea la sociedad que nosotros mismos forjamos?

Quien más y quien menos, todos y todas hemos pensado alguna vez en cambiar nuestras vidas, en dar ese gran salto vital que nos dará la felicidad plena. Pero lo vamos postergando, y nunca nos decidimos, o al menos muy pocos lo hacen. Lo valoramos ese día que tras una hora y media para llegar a casa, después de otras diez encerrados en una oficina, nos descubrimos a nosotros mismos metiendo una pizza congelada en el horno, y enchufándonos a cualquier cosa banal y estúpida en la tele. Es sólo un ejemplo, pero hay más.

Tengo amigos que piensan el el gran cambio, cuando se descubren con treinta años, un viernes por la noche, llegando a casa solos y usando la llave con cuidado para no despertar a sus padres, y otros que lo piensan cuando hartos de esperar esa gran oportunidad, se dan cuenta de que les aguarda un futuro negro de contratos basura y pisos compartidos.

En esas ocasiones, y en otras muchas, nos preguntamos entonces que estamos haciendo mal. ¿Por qué no mandamos la parte de nuestras vidas que no nos satisface a tomar vientos y nos machamos a otro lugar, o hacemos lo que realmente no habría apetecido hacer, o cambiamos nuestra conducta, o nuestra rutina, o nuestra profesión, quien sabe si nuestro destino?.

Es dificil, lo sé: amigos, familia, dinero, pasados, presentes, futuros, dogmas, creencias, tabús, convencionalismos, rutinas, esperanzas, realidades, enfermedades, miedo, control, planificación, incertidumbre, pereza, conformismo, consejos, mimetismos, escusas, mentiras, guiones, valor, realismo o inconsciencia.

Siempre hay algo que nos impide saltar. O quizás sea la ausencia de algo la que frustra nuestros grandes planes. Pero al no poder dar ese paso, nosotros mismos nos estamos poniendo las cadenas ¿Somos entonces iguales que el perro que pudiendo ir a cualquier parte, se queda a la sombra del carro esperando su plato de comida?, ¿somos realmente libres?.


lunes, 15 de octubre de 2007

Cuestionario

Hoy tengo el "cerebro descargado”, pero se me ha ocurrido que puede ser interesante añadir algún dato más sobre mi mismo en este mi pequeño y humilde Blog, que estos últimos días tengo un poco abandonado.

No obstante, y como a sentenciado nuestro filósofo particular David Hasselhoff tras su última borrachera, <<…la recaída es parte de la terapia>>, un pequeño bajón en la fluidez de mis entradas es una parte más del compromiso adquirido conmigo mismo.

¿Que tipo tan profundo este David, verdad?

Bueno, a lo que íbamos. Voy a introducir un clásico cuestionario de preguntas personales interesantes o importantes, que responderé con absoluta sinceridad. Me gustaría que alguno/a de vosotros se lanzara también a contestarlo, y así, a partir de las respuestas, construiremos entre todos y todas una bonita experiencia de conocimiento mutuo.

¿Listos/as?:

  1. ¿Cuál ha sido el último sueño que recuerdas?:

El otro día soñé que viajaba otra vez a Noruega y esta vez si que veía a las ballenas.

  1. ¿Cuál es el último libro que no has podido terminar?

El Ulises de James Joyce. Imposible.

  1. ¿Cuál es el animal de compañía que nunca tendrías?

Un gato, y eso que tengo uno. Quizás por eso, Lenin se comporta como un perro o cree que lo es.

  1. ¿Cuál es la última película-bodrio que te avergüenzas de haberte tragado?

Liberad a Willy 2, que la pusieron el sábado por la mañana y no me apetecía ni levantarme a coger el mando. Pastelada infantil de Orcas y niños pedantes que hoy en día seguro que son drogadictos.

  1. ¿Cuál es tu disco preferido y a que solista o banda pertenece?

OK Computer de Radiohead.

  1. ¿Cuál es el primer disco/cassette que te compraste o adquiriste tu mismo/a?

"Introspective" de Pet Shop Boys. Tendría 12 años y lo compré con unos cheques regalo que le daban a mi padre por navidad para comprar discos y libros, y que repartía entre todos los miembros de la familia.

  1. ¿Has robado algo alguna vez? ¿Qué fue?

Si, alguna vez..Por ejemplo en Londres robaba El País y el Marca todos los días.

  1. ¿Si pudieras ser un personaje de ficción, quién te gustaría ser?

Sin dudarlo, Robin Hood.

  1. ¿Un póster o un cuadro que tengas puesto en tu casa, del que te sientas especialmente orgulloso/a, o simplemente que te guste?

Amo un póster antiguo de Blade Runner que tengo enmarcado en el salón.

  1. ¿Cuál es la última cosa que has cocinado o preparado?

Suena a coña, pero ayer hice un pan libanés que estaba de muerte. Y ahora me pondré con dos solomillitos de cerdo que me esperan en la nevera.

  1. ¿Cuál es tu sabor de helado preferido?

Pistacho

  1. ¿ Dúrex, Control u otra marca?

Dúrex

  1. ¿Te has enganchado a algún culebrón? ¿Cuál?
“Falcon Crest” y “Café con aroma de mujer” (un culebrón colombiano que era un auténtico master sobre el café)

¿Quien dijo miedo? Venga, lanzaros a la piscina.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Día de la Hispanidad

Central Park. New York, Junio 2007.

A las puertas de un maravilloso puente de tres días, y a costa de la celebración de ese manido y dudoso concepto que es la hispanidad, yo me pregunto si de verdad tenemos algo que festejar. ¿Saben muchos españoles que el Día de la Hispanidad se celebra el 12 de octubre, para conmemorar el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón?

La verdad es que en esta España siempre dividida en la que vivimos, me pregunto si los desfiles militares y la ostentación de una bandera, un himno y un Jefe de Estado que no representan a gran parte de la población, sea la manera de celebrar el singular descubrimiento del ilustre marinero y mercenario genovés. Que no castellano-leonés, ni aragonés, ni navarro.

Según la enciclopedia por antonomasia de la red (la wikipedia), la Hispanidad es la comunidad formada por todas las gentes y naciones que comparten una lengua y cultura hispánicas. Las 23 naciones que en ella se incluyen son todas hispanohablantes salvo Filipinas, pudiendo clasificarse en cuatro áreas geográficas: España, Latinoamérica hispánica (Hispanoamérica), África hispánica y, por último, se podría incluir la hispano-pacífica.

En el fondo, a la mayoría de la gente le da igual. Lo que importa realmente es que no hay que ir a trabajar, pero sinceramente, a mí me volverán a molestar el vuelo de los cazas por encima de mi casa (con grandes riesgos de caer sobre mi tejado), las cintas decorativas pintadas con una bandera de sólo dos colores, o la hipocresía y el oportunismo de los medios de comunicación en relación a la armonía y a la solidaridad entre los pueblos hispanos y la “madre” España.

Para mí es el día del “olvido sonrisas”. Olvidemos con una sonrisa siglos de historia de exterminio, colonialismo, explotación, racismo y festival de la OTI con nuestros “hermanos de lengua impuesta”, a los que con ese gracejo y sensibilidad que nos caracteriza, hoy llamamos panchitos, o payo-ponys. Olvidemos con alegría que varias generaciones de ciudadanos españoles no podamos sentir ninguna emoción (o al menos ninguna positiva) ante los símbolos de nuestro Estado. Olvidemos que es un día de homenaje a unas fuerzas armadas profesionales, que no consiguen efectivos suficientes para sus cuarteles, y que están entregando armas a soldados con coeficientes intelectuales y perfiles psicológicos limitados, a través de la creación de puestos de trabajo absolutamente precarios.

Por lo menos, la inmensa mayoría, yo incluido, no tendremos que olvidar nada, simplemente sonreír y ser felices, porque lo único importante y que merece la pena de esta nuestra fiesta nacional, es que no hay que ir a trabajar y que podemos amodorrarnos un rato más en la cama. Eso, si no nos despiertan los cazas y las fanfarrias.


sábado, 6 de octubre de 2007

La historia de un gilipollas

Aceite, madera y agua. Septiembre 2007.


<<Toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible.>>

Italo Calvino.

Nota: Mentiría si dijera que los personajes de esta historia no están basados en las vidas de personas reales. Existen, aunque con nombres y descripciones distintas.

A finales de 1999, corrían en boca de todo el mundo mil y una habladurías sobre lo que vino a llamarse efecto 2000. Unos decían que el mundo se iba a volver loco, otros que la economía del planeta se colapsaría y dejarían de funcionar los suministros eléctricos, y en definitiva, que las plagas de Egipto comparadas con las desgracias que se preveían, pasarían a la historia como un juego de niños.

Y la verdad es que no ocurrió nada. Todo se olvido a los pocos días. En cuanto la historia dejó de ser complemento de relleno de actualidad de los periódicos y los telediarios, y a nadie pareció cambiarle la vida, el mundo siguió girando exactamente igual, viento en popa para unos pocos, lentamente para muchos. Entre estos últimos estaba yo.

Para contar esta historia, he de remontarme al verano de 1996. A mi pesar, en un agónico examen de Derecho Civil, en sexta y última convocatoria y después de siete largos años de feliz vida universitaria, había conseguido terminar la carrera de Derecho en la Universidad de Granada.

Digo a mí pesar, porque fue un ultimátum de mi padre, cansado de subvencionarme una vida de fiestas, cachondeo y libertinaje, a cambio de suspensos y decepciones, el que me obligo a ponerme las pilas, amenazado con el corte del suministro de la tarjeta de crédito.

Mi padre siempre fue un currante. Empezó de mecánico en un pequeño taller de Córdoba, y consiguió, tras largos años de esfuerzo y manchas de grasa, hacerse un lugar en el lucrativo campo del mundo del automóvil, llegando a dirigir uno de los concesionarios de compraventa de coches de segunda mano más importantes de la provincia, convirtiéndose así, de la noche a la mañana, en lo que popularmente se conoce como un nuevo rico.

Pasó de conducir un humilde Seat 127 con el que iba a buscar a mi madre los viernes al salir del taller, a pasearse en un enorme Mercedes blanco que era la envidia del barrio. Lo único que no ha cambiado nunca en el negocio familiar son los calendarios de mujeres de pechos desorbitados proliferando por las paredes.

Ni siquiera recuerdo como era la vida en el pequeño piso de la calle Jara, y todos los recuerdos de mi niñez, ya están enmarcados en el chalet del barrio pudiente de las Jaras, en la piscina y en el colegio de pago.

El caso es que después de mi último examen tuve que volver a casa, abandonar el piso compartido de Granada, despedirme de los amigotes de correrías, y de un par de novietas circunstanciales, y disponerme a encontrar un buen trabajo o en su defecto incorporarme a la empresa familiar, que por descontado, no me atraía nada.

Por un contacto de uno de los clientes de mi padre entre a trabajar con un contrato de practicas en un bufete prestigioso de Córdoba, con la sincera intención de realizar la pasantía, obligatoria para colegiarme y ejercer así una profesión, la abogacía, que nunca me gustó demasiado. Como más tarde narraré, siempre fui más candidato a parte contratante en la relación laboral abogado-cliente, pero eso es adelantar acontecimientos.

Como era de esperar, no me fue demasiado bien en esta mi primera experiencia laboral. He de reconocer que mi falta de apego a madrugar y mi ego desmesurado, agravado por mi apego enfermizo por los trajes y los lujos caros (nunca aceptaron que un becario vistiera mejor que los jefes), fueron causas de peso en este fracaso.

Ahora, con el paso del tiempo, puedo afirmar que me comporté como un gilipollas, y me avergüenzo de haberme sentido orgulloso el día que me planté delante del director general, y le enumeré sin miramientos todas y cada una de las razones por las que me sentía explotado, infravalorado, e incluso insultado, en su mierda de bufete.

Mi padre, aunque algo abochornado tras una larga charla telefónica con su cliente, seguía pensando que eran cosas de la edad, y como buen padre que siempre ha sido, decidió que la mejor solución era sacar algo de beneficio a su inversión en la formación universitaria de su primogénito, y me hizo un sitio en la empresa familiar.

Al fin y al cabo, llegaría el día en que todo el negocio pasaría a mis manos.

(Continuará)…….

martes, 2 de octubre de 2007

El Cuento de los Cerebros Recargables

Cala Pilar (Menorca, Agosto 2007).
Hoy no sé muy bien sobre qué escribir. Hay veces que me pongo frente a este Blog, y enseguida se exactamente lo que quiero poner. Pero ahora mismo, con este recuadro en blanco ahí retándome, mirándome fríamente, me encuentro desarmado, desvalido, inoperante.
Sé que tengo que hacerlo, que me lo debo a mi mismo. El reto de avanzar, de expresarme, de ir añadiendo historias, pensamientos, sentimientos y confesiones con cierta periodicidad, me gusta, pero algunas veces aparece mi yo vago, mi versión cómoda, y no puedo retroceder, ni confiarme.
Y a pesar de que no puedo escaquearme, de que lo intento con todas mis fuerzas, hoy no se me ocurre ningún cuento, comentario, observación filosófica o crítica social. Hoy no tengo la necesidad de expresar nada interesante. Y aun así me invade la ansiedad de poder escribir algo que merezca la pena.
¿Qué poner? ¿Sobre qué hablar cuando no te apetece decir nada? Podría copiar algo de por ahí, alguna cosa que quede bonita, algún poema que me guste, alguna letra de canción. Esas cosas siempre quedan bien. Pero estoy en blanco, y no me apetece buscar.
¿Y si rescato alguno de mis cuentos antiguos? No, eso sería como hacer trampas. No debo coger el camino fácil, no con este blog. Piensa Jorge, piensa…….Dios, hay días que estoy como tonto. Sin ideas, con el cerebro frito. Pero siempre hay algo que decir, algo que me haya pasado hoy sobre lo que escribir. No. Nada. No sale.
Es como cuando tienes una necesidad terrible de hacer pis, pero justo cuando consigues llegar al baño, no te sale. Y sabes que te están esperando, que estás formando una cola de futuros meones, que se impacientan porque no escuchan ningún chorrito que indique que pronto llegará su turno.
Pues esto igual, pero no quiero esperar a mañana, porque si la sequía es duradera, empezaré a defraudarme a mí mismo con este Blog, que se ha convertido en una salida para escribir lo que me apetece, lo que me da la gana, y no lo que me mandan otros, aunque hoy no se me ocurra que poner.
Quizás sea eso. ¿Mi cerebro tendrá un límite diario, semanal o mensual de escribir letras, palabras, frases, líneas, párrafos, páginas o capítulos? Eso estaría bien, ¿os imagináis? ¿Cómo se recargarían entonces los cerebros? ¿Durmiendo?¿Descansando?¿Viviendo?....No, ya lo sé, si se descargan escribiendo, se tendrán que recargar leyendo.
Mira, algo es algo. Por lo menos hay un párrafo interesante. Una pequeña historia que podríamos llamar el Cuento de los Cerebros Recargables. Aun así, prometo leer bastante antes de actualizar la próxima entrada. Nunca se sabe, dicen que algunas veces los cuentos pueden hacerse realidad.