jueves, 25 de diciembre de 2008

Feliz Navidad




No me gusta la Navidad. Más allá del consumismo desenfrenado, la hipocresía y todas esas cosas que razonablemente argumentan los contrarios a esta “feliz” época del año, a mí no me hace gracia porque son días demasiado extremos. La gente tiene que estar alegre si o si, debe primar ese espíritu navideño de cordialidad, amabilidad y bondad, nos tenemos que juntar con familiares y amigos, hay que regalar cosas, compartir cenas, salidas, actos, disfrutar de las tradiciones.

Pero lo que sucede realmente, es que ese artificial estado de extrema alegría, lo que causa es una mayor infelicidad a los que no tienen ganas de celebrar nada, a los que por cualquier causa vital no desean compartir ese derroche de cariño, risas y villancicos. Ver a gente a tu alrededor celebrando algo cuando tú no puedes, o no quieres, no ayuda en nada a que te sientas mejor. Parejas, familias y amigos que se separan en vez de unirse, problemas económicos que se agudizan, todas estas cosas reales y cercanas son causa efecto del extremismo de estas fiestas.

No, no os asustéis, no es mi caso, yo ahora mismo podría celebrar muchas cosas, pero prefiero que sea cuando me salga, no forzado por una especie de marea social que nos arrastra y nos arroja a todos juntos, queramos o no, a una playa llena de señores barbudos de rojo, paquetes de colores brillantes, langostinos, luces, alcohol en grandes cantidades, turrones y roscones.

Yo este año he decidido dejarme llevar, porque no me queda otra, y a mí nunca me llamarán aguafiestas, pero esta vez, me he propuesto ver el panorama desde la cautela y un poco a la defensiva, sin dejarme engañar del todo. Sentir a gente alrededor, a los que se les agudizan las heridas de los problemas que sufren durante el resto del año, es algo difícil de digerir, y más aun cuando lo hacemos con cava.

Por eso, quiero felicitaros las navidades a todos/as, y pediros que intentéis ser felices, pero desde la prudencia y la consciencia emocional. Guardemos todo un poco de ese espíritu, aunque sea artificial, para el verano o la primavera. Y no nombro también al otoño y a parte del invierno, porque hemos llegado a un punto en el que las navidades duran casi dos estaciones enteras.

Besos y abrazos.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Un nuevo camino

El destino es lo que tiene, que trabaja sin tarjetas de preaviso, sin llamadas de antelación, sin concertación de citas. Llega así, como la típica visita que te pilla con la casa patas arriba y sin una mísera cerveza en la nevera que ofrecer.

Cuando todo parece calmado, rutinario, tranquilo, llega este señor apellidado Azar(que no Aznar…menos mal), y de sopetón y te abre un nuevo camino en la autopista vital de nuestro viaje. Ese desvió suele ser inevitable de esquivar, y algunas veces desemboca en un terrible terraplén en caída libre hacia las rocas. Otras, en cambio, se disfraza de gigantesca nueva vía de tres carriles, con grandes posibilidades de terminar en un final feliz.

Escoger o no lo que ofrece el destino no siempre es opcional, y en ocasiones es un futuro irrefutable y obligatorio, pero cuando si existe la elección, la decisión más o menos consciente de tomar partido por seguir recto o pegar el volantazo, sin demasiado tiempo para pensarlo, hay que dejarse llevar por el órgano que tire con más fuerza, ya sea el corazón, la cabeza o los genitales.

En este caso se me ha abierto un amplio desvío en mi camino. Uno bastante grande que ni siquiera aparecía en la memoria del Tom Tom de mi imaginario, y tras dudar unos segundos, y pedir consejo a algunos/as de mis compañeros/as de viaje, he optado por poner el intermitente, agarrar el volante con firmeza, y girar el timón de mi vida aceptando lo que se me brinda.

Lo he hecho con ilusión, con esperanzas, aunque no exento de miedos e incertidumbre. ¿Qué nuevas sorpresas y aventuras me esperan en esta nueva carretera?...no lo sé. Pero supongo que me vaya bien o mal, al menos siempre tendré este pequeño rincón tecnológico para contarlo.

lunes, 1 de diciembre de 2008

La Hipocreisis


Crisis, crisis y más crisis. Es la palabra de moda. Los bancos en crisis, la economía mundial en crisis, el sector inmobiliario en crisis, el sector productivo en crisis, la bolsa en crisis, el sistema capitalista en crisis. Esta fatalidad que nos invade, llena de mentiras y de hipocresía, parece que nos trae de cabeza a los países ricos, porque para los pobres, que están en crisis perpetua, su pobreza siempre es la misma, porque nada, menos nada….igual a nada, o igual a menos que nada, que en términos de miseria implica lo mismo: hambre, enfermedad, muerte, injusticia y desesperanza.

Pero nosotros estamos preocupadísimos, y como los bancos son los que tienen pillado el sistema por los cojoncillos, pues se les tiene que insuflar dinero para que no peligren los ahorros de los pobres trabajadores de a pie (cosa irónica, ya que guardar el dinero de sus clientes es la raíz, el objetivo primordial y primario de su existencia), mientras siguen presentando cuentas con beneficios multimillonarios año tras año.

Y el caso es que yo no puedo dejar de pensar en algo primordial, ¿donde está el dinero? Seguro que un experto economista neoliberal me daría cientos de explicaciones macroeconómicas muy convincentes, pero yo únicamente se, que hace bien poco, si que había pasta, y mucha. Obviamente la manejaban los de siempre, en los lugares de siempre, porque todo paracía ser una carrera desenfrenada de los países desarrollados impulsados por una inagotable ola de bonanza económica.

Pero llegó la restricción en el crédito, el encarecimiento del petróleo y el fuerte ajuste en el sector de la construcción, las hipotecas subprime, las guerras de Irak y Afganistán, todo ello bien mezcladito, y propagado a través de las vías de la globalización, sobreviniéndonos la actual crisis económica, con una seria desaceleración, inflación y crecimiento preocupante del desempleo. Eso parece que lo sabemos todos/as, o así se encargan de machacarnoslo en nuestra lección mediática diaria, pero....¿quién se ha llevado la pasta de esas guerras?, o ¿donde están los ingentes beneficios de la especulación inmobiliaria?, ¿quien se ha lucrado con los sistemas de hipotecas basuras? El dinero no desaparece, pasa de unas manos a otras, y me da la impresión que los imbéciles somos siempre los mismos, y lo que es mucho peor, los que se mueren a diario de hambre, o de malaria, son siempre los mismos.

Y claro, con la crisis llega el desempleo, porque a la hora de recortar, y no bajar mucho los beneficios, sabemos que los puestos de trabajo son lo primero…pero ni siquiera cuando hemos tenido bonanza económica, los sueldos han sido mejores, o los trabajos menos precarios, pero los beneficios empresariales si que subían…como la espuma. Las casas por las nubes, las hipotecas igual de largas e imposibles de afrontar. Unas veces nos abren la puerta y nos invitan a consumir, otras veces nos apremian a apretarnos el cinturón y a ahorrar. Ahora parece ser que van a congelar los sueldos y se reducirán los impuestos patrimoniales (ohhh, algunas familias de apellidos compuestos de este país se alegrarán un montón).

Menos mal que tenemos a Obama, que sacará de su chistera mágica soluciones a los problemas del mundo. La pena es que la chistera también la han pagado los de siempre.

Algunas veces desearía que todos hiciéramos caso a Aznar y sus secuaces, y creyéramos sus teorías sobre el calentamiento global como algo clara y científicamente cuestionable...una mentira de los radicales para hundir y entorpecer el justo y santo libre mercado, y no se hiciera nada, absolutamente nada para frenarlo. Así, este mundo injusto se iría a la mierda unos añitos antes de lo previsto. Seguro que de las cenizas nacerá algo mejor.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Nuevo comienzo

Ayer abrí el grueso candado de la puerta de mi viejo almacén del egoísmo y la insensatez humana. Allí dentro, entre decenas de promesas, sueños y recuerdos llenos de polvo y telarañas, junto a un desinflado y deformado balón de baloncesto, bajo una sábana blanca, me topé con el cuerpo inerte de Zumadicción.

Frío, abandonado, tal y como yo mismo lo dejé hace unas semanas. Lentamente, posé mi mano arrepentida en su frente, susurré una avergonzada y sincera disculpa junto a su oído, y, tras unos segundos de concentración, en lo más profundo de mis anhelos, encontré lo que buscaba, el interruptor que activa nuestro circuito de la decisión y el compromiso.

Lo pulsé, y tras unos pequeños chispazos eléctricos se hizo la luz, y Zumadicción abrió lentamente los ojos, se desperezó, moviendo lentamente sus músculos, sus articulaciones, y mirándome serenamente, me dijo:- Sabía que regresarías, que no me dejarías para siempre, y no me equivoqué.

No le contesté…¿Qué le puedes decir a una morfologización humana de un blog que te habla? Si le hubiera contestado algo, me habría ido directamente al psiquiatra más cercano para que me diera un tratamiento de choque.

Por eso no dije nada, simplemente pasé mi brazo por encima de su hombro pixelado….y me lo llevé de cañas. Ahora que lo pienso, y citando a Rick Blade…este puede ser “nuevamente”, el principio de una gran amistad.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Fin

Creo que esto ya no da mucho más de si....gracias a todos/as.

Un abrazo fuerte.

jueves, 16 de octubre de 2008

Movimiento Fonético Revolucionario


Cuando nada ni nadie parece que puedan alegrarme el día, divago sin rumbo por un mundo imaginario de palabras mágicas que surgen de todas las neuronas de mi cerebro, y de repente, sin buscarlo, sin quererlo ni desearlo, una de ellas, saltando como una langosta, se ha colocado por encima del resto, grabándose con fuerza en mi mente.

Como esa cancioncilla que odias, pero que no puedes dejar de tararear en cuanto dejas de pensar en no hacerlo, esa palabra se ha hecho omnipresente dentro de mi cabeza, y volcando unos contenedores atravesados en mis líneas de pensamiento, y lanzando cócteles molotov y cascotes de córtex a mi ejército de antidisturbios de control emocional, está reclamando a gritos independencia, libertad, poder, sonoridad, pronunciamiento, y me exige ser gritada en alto y arrojada al mundo.

Pero los humanos tenemos nuestras normas sociales, y al igual que se entiende como decoroso no ejercer nuestra desnudez en cualquier sitio, tampoco lo es soltar lo que nos venga en gana a los cuatro vientos, ni gritar cualquier inconveniencia por ahí, a no ser que estemos al amparo de la privacidad de la soledad, o a una distancia prudencial de cualquier otra persona, núcleo urbano o cámara de seguridad...pero esta palabra que intenta dar un golpe de estado en mi organismo, no juega con balas de fogueo. No se trata de un levantamiento inofensivo, planeado de manera chapucera al estilo de Tejero, García Carrés y Mas Oliver, en cualquier tasca, delante de unas bravas y unos tintorros. Se trata de una ofensiva con visos y opciones de triunfo, porque este vocablo traidor se ha preparando a conciencia, escondiéndose durante días, quien sabe si no meses, acechante, conspirador, como un agente secreto de la guerra fría, formado clandestinamente en las escuelas del Mossad a las afueras de Tel-Aviv, y que con precisión de neurocirujano, me ha pillado desprevenido y ya no estoy seguro de si podré detenerlo.

Mis defensas empiezan resquebrajarse y no se cuanto tiempo conseguiré mantenerme firme, evitando ceder políticamente a sus exigencias, porque es una sensación que me consume, y estoy llegando al punto en el que solo puedo recurrir a las defensas puramente físicas, es decir, morderme la lengua y apretar los labios con fuerza, intentando tararear esa cancioncilla de la que hablaba antes, y que ahora que la necesito para suplantar con ella al vocablo insurgente, la muy cabrona no aparece por ninguna parte, y probablemente estará disfrutando de unas vacaciones pagadas en mi hipotálamo con dinero del cartel lingüístico revolucionario.

Y es entonces cuando decido que necesito aliviar la urgencia, ceder las riendas de mi comportamiento racional a las ínfulas de grandeza de una simple palabra, que ni siquiera es precisamente original, ni hermosa, pero que va a lograr su objetivo, poniéndome en evidencia delante de todo el mundo.

Abro mi boca lentamente, y como el agua de una bañera llena hasta los bordes cuando le quitas el tapón del desagüe, la palabra sale disparada de mi cerebro, convirtiéndose en micro-milésimas de segundo en aire rebotado, trasformado por mis traidoras cuerdas vocales, por mi vendida lengua y por mi fariseo paladar, entre otra larga serie de cobardes y débiles partes de mi organismo, y así, en medio de una multitud expectante ante mi actitud, cuanto menos paranoica…. grito.

viernes, 3 de octubre de 2008

Situación ligeramente complicada

Cuando un gran oso rabioso te asalta en el camino y al darte la vuelta para escapar, te encuentras un caimán de cinco metros que quiere convertirte manifiestamente en su cena, piensas en correr, pero a tu alrededor se levantan una docena de cobras reina dispuestas a clavarte sus ponzoñosos colmillos al más leve de tus movimientos. Es entonces cuando miras al cielo, buscando respuestas….solo para darte cuenta de que varios enjambres de avispas negras africanas planean sobre tu cabeza ululando salvajemente con el firme propósito de lanzarse en picado sobre ti, por lo que piensas en hacerte el muerto arrojándote al suelo pero….un pequeño pellizco en el tobillo derecho te obliga a cerciorarte de que tienes ambos pies introducidos en una charca de apenas quince centímetros de profundidad, plagada de lo que parecen ser cientos de pirañas asesinas amazónicas que se arremolinan en grandes grupos al olor de la comida… y en la completa desesperación decides que lo único que te queda por hacer es…cantar, puesto que la música amansa a las fieras…pero sabes que es una gilipollez que no se la cree ni Félix Rodríguez de la Fuente...da igual....no hay más opciones...pero en tu estado lamentable de estrés vital, tu entonación se resiente, y tus gallos inhumanos que intentan asemejarse remotamente una tonadilla de Bustamante, alarman a una manada de elefantes africanos salvajes que carga contra ti…pisoteando y aplastando al plantígrado rabioso que concentrado en atacarte, no los ve venir por su espalda…mira, por lo menos ya no tienes que preocuparte del puto oso…ni quizás de una o dos de las cobras…el caso es que aunque la adrenalina y el miedo corren por tus venas y todo pasa como a cámara lenta, se te termina el tiempo, y los peligros que te acechan confluyen a la vez....

¿Qué pensamientos pasarán por la mente de una persona a punto de ser arrollada por paquidermos, mordisqueada por un caimán de cinco metros y por varias docenas de pirañas asesinas, mientras un enjambre de avispas y cobras gigantes van a cebarse en su piel sin descanso? Porque eso de que ves pasar toda tu vida en un instante por “delante de tus ojos” no se lo cree ni Iker Jiménez, en todo caso ves pasar “por encima de tus ojos” toda una manada de elefantes por un instante...realmente corto, eso si.
Pregunta: ¿Qué pasaría por tu mente ante semejante situación ligeramente complicada?

Al mejor pensamiento (al que me guste más, vaya) le corresponderá un gato chino de la suerte…si, de esos dorados que mueven el bracito así y así….genial ¿no?

martes, 30 de septiembre de 2008

Acertijo Temático

Como en ocasiones anteriores, pare resolver el acertijo, necesitareis un encriptador on-line. Esta vez no lo voy a complicar mucho y os pongo el enlace directamente:

http://www.seguridad0.com/cripto/

Bien, la primera pista a desencriptar es esta:

¿BMvm EFXHaY3wuCt Awq Y0SOacwmu BNXNheró okF W+a+vSgók0 c0X1gmNr 4i0cG2jE Vf8 15n F3T3mbzp J5Rj 6a4aIJE? NUI4 RgK GGiKke25r A1m3akGNvt uD SeA 3KbGklL7cs nWwd9JUZ5.

Para resolverla, obviamente, necesitarás la clave:

Si Polikarpov I-15 era «Chato», y Polikarpov I-16 era «Mosca»….¿Qué era Polikarpov RZ …?

Bien…si habéis desencriptado la pista, y resuelto la pregunta, ahora mismo estaréis en posesión de una nueva clave…que os ayudará a desencriptar este nuevo acertijo:

O3z jCE 9kUeUl DunSpwZS U9M2OlAw LuX OYSXbARl KfciúkAzGFG 5L6CEñNaRc T7G AVvZs8e u95 5vkSu8dp...p98 HreQnS nPP7C bz8, ThY NYQieNZ R0N j3BENQ/Ke2 Tw7Fx2.


¿Ya lo tienes? Pues úsalo para desencriptar la siguiente pregunta:

Omh hxHsfjz XILG lPMB WC/jlr1/K B7BVhvzP5 m+2A kds//T TLD1 bkmADv Uw1 X4FgqshFw owO Cmc mVWC06b ahfzCj, Ikivó 5jkxr owxVkOé8r, s+C5 3vR wmRu GvoOOyvh T1MitX1N5yJzZFy NQáOZ q1JpclLJJPIz cV q/IU9ók41gS6 WOw S2M j7GmVp5+5...Q0O OYkC2GcQQ 3vnR l52uMo7 (l3w OSúuNLpz BZn VIOdD 1TíLSuK4Q) YwO YEG+á U85cG f+ yWs eL6VvsM5AJ fPySTN...


Si eres poseedor de los tres dígitos, podrás leer y resolver el enigma final de este juego:

IBo 0lO ESTgvG 8UEntqE 9UE 1dBpTWqT9 Zwg CHk+HP9Bu, 0lkx 0nO /S2my W1hc S+mJyq Liy nym EGfDP6m YS2SZ+, aMY42C+4yFY AT6 xgL Rvñth /d+bu. IBTIoéNtCapSO Ma Fs3uQhag8 +vE jGh1J4g Jgyw uwa25Q Ml1 TGRFyq Gqydm+. 6xoCN7R JWNhsnWaqG 3eO YFvL7j 6p7lgvgYadA, 0d7VeLpbkR+ cClCk LYOSvz izY YBfNBC2Mm Kjxz If/brSTvz.

Como siempre, premio para el/la más rápido, rápida.

Besos.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Carabinieris

Carabineris en Siena (Agosto 2008)



- Mario….cuando terminemos la ronda...te parece que…vamos, si no estás muy cansado…había pensado que…-.

- Si, que quieres ir al Ikea… otra vez… ¡pero si ya fuimos la semana pasada!-.

- Ya, pero es que me quedé con las ganas de coger aquellas colchas Kilan, tan monas….es que las necesitamos.-

- ¿Qué las necesitamos? …si, y seguro que por el camino a las colchas….necesitaremos un par de frascos, unas velas, una tabla nueva de cortar, un pela-patatas, un jarroncito muy mono y dos cubre-manteles.-

- Venga Mario, si seguro que como hoy es miércoles no pillamos atascos, y además, hoy hacen descuento en artículos de baño.-

- ¿Artículos de baño?... ¿pero no íbamos a por colchas?-

- Bien, pues decidido….¡huy! mira, ese Lancia rojo de ahí está aparcado sin distintivo en zona de discapacitados….venga cariño, te dejo que la pongas tú, que este mes llevas muy bajo el índice de multas.-

martes, 23 de septiembre de 2008

lunes, 15 de septiembre de 2008

Negociaciones




Marquitos cambia cromos a la salida del colegio. Inmerso en un corrillo de cabezas, brazos, manos, gomas, y tacos de estampitas con los últimos fichajes de futbolistas de la recién estrenada temporada, va pasando sus manoseados cartoncillos bajo un coro de “siles”, monserga monótona que se toma un respiro únicamente cuando surge entre la chiquillada un grito esporádico de “nole”. Entonces todos hacen un silencio sepulcral, puesto que ha llegado el momento de la dura negociación:

- Dani Alves es un cromo muy difícil, así que si lo quieres, tendrás que darme cinco por él-, exclama Marquitos vehemente, y entre las risas del resto, arranca las cinco mejores estampillas del taco de las manos sucias y destintadas de su compañero Soldevilla, continuando con el muestreo, que seguirá monótono hasta que la campana avise que es el momento de volver a clase.

Marquitos trapichea con estupefacientes en el parque del polígono. Sentado en un banco apartado. Recibe a otros jóvenes que a hurtadillas se acercan a preguntar si tiene costo, hierba, pastillas o cocaína. Y en efecto, tiene cualquier cosa que le pidan, de incierta calidad, siempre que los clientes estén dispuestos a pagarla sin hacer demasiadas preguntas ni reproches, tras una negociación bastante cerrada de antemano. Transacciones continuas de pequeños paquetitos precintados, papelinas cuidadosamente cerradas, a cambio de billetes furtivos que circulan de una mano a otra.

- Esta farlopa es de primera, pero no la paso por menos de setenta y cinco pavos, pero por ser tú, te la dejo en setenta-, exclama Marquitos vehemente, y guardando dos billetes arrugados en el bolsillo interior de su cazadora, deposita una papelina en las nerviosas manos de un joven Soldevilla cuajado de acné.

Don Marcos selecciona personal para un nuevo contrato. Apoltronado tras una ostentosa mesa de caoba, supervisa personalmente las contrataciones de su solvente empresa de equipos de limpieza. Hace personalmente todas las entrevistas, puesto que siempre se ha fiado de su intuición, y a lo largo de la semana recibe a decenas de hombres y mujeres que quieren necesitan un trabajo. El se lo puede proporcionar, siempre y cuando estén dispuestos a aceptar un sueldo bajo, y a dejarse el culo limpiando las oficinas, los equipamientos y las salas de sus clientes.

- Es un contrato por obra y servicio de tres meses, una suplencia. Se que no es un sueldo muy grande, pero teniendo en cuenta que llevas dos años sin trabajar, y que la mayoría de mis clientes no quieren a hombres en los servicios de limpieza, no puedo ofrecerte otra cosa. Digamos que es un favor personal por los viejos tiempos-, exclama Don Marcos vehemente, tendiendo dos copias del contrato a Soldevilla, que con gesto resignado las firma sin añadir una palabra más.

Don Marcos se encuentra ante la negociación más difícil de su carrera. Sentado en un tocón en el medio del bosque, maniatado, y con el cañón de una escopeta apuntándole directamente entre los ojos, sabe que no se trata de cromos, canicas, juegos de consola, marihuana, costo, pastillas, mujeres, comisiones, contratos o dinero. Esta vez es su vida la que está pendiente de un “sile” o un “nole”, y es consciente, a pesar del miedo, de que debe de seleccionar bien sus palabras y aplicar el tono de voz adecuado, si quiere salir vencedor, como siempre, de esta transacción.

- Estas cabreado, frustrado, sin esperanza. Eso lo sé, pero puedes rehacer tu vida, empezar de cero, puedo convencer a Concha para que se piense lo de que veas a los niños algún fin de semana. Nos conocemos desde chicos, siempre hemos sido amigos. Yo te ayudaré a reinsertarte, siempre te he ayudado ¿recuerdas?, te reincorporarás a tu puesto de trabajo, te adelantaré parte de tu sueldo si necesitas efectivo para ir tirando. Incluso te puedo conseguir algún sitio para dormir, y ropa, tengo en el armario varios trajes que te sentarían bien. Pero no la cagues más, no ves que si aprietas ese gatillo te pasarás tu vida en la cárcel.-, exclama Don Marcos vehemente, mientras Soldevilla sujeta el arma con ojos inyectados en sangre y manos temblorosas, intentando no dejarse embaucar una vez más, por esa lengua de serpiente que lo tiene todo, mientras que a él ya no le queda nada.

Esta vez al menos, no será él el único que salga perdiendo.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Viaje a la Toscana (2ª Parte)

Tras dos semanas de abandono total de cualquier actividad ajena al trabajo, o al descanso total post jornada laboral (y por lo tanto, también la alimentación de este Blog), retomo el diario del viaje, quizás de una forma más escueta y resumida de lo que pensaba al principio:

Tras la estancia en Florencia, nos adentramos en la Toscana rural, con paradas cada pocos kilómetros en ciudades medievales espectaculares, no muy visitadas. Entiendo que gran parte del turismo cultural italiano se integra en viajes organizados a Milán, Roma, Florencia, Venecia, Siena y quizás una pequeña parada para mear en Verona, pero el caso es que quitando algún americano despistado, en toda la ruta - Arezzo, Castiglión Florentino, Cortona, Castiglione del Lago, Montepulciano, Montalcino, Buenconvento, Siena, Colle di Val d'Elsa, San Gimignano, Volterra, Castelfiorentino, Pisa, Lucca– solo en Siena nos encontramos con ese gran inconveniente de viajar llamado turismo (en cantidad suficiente como para abarrotar el resto de ciudades).

Todas las ciudades, pueblos y aldeas que pueblan la Toscana tienen en común, además de su hermosura, su arquitectura medieval extremadamente bien conservada. La mayoría son amuralladas, empedradas, y con cuestas muy pronunciadas, así que conviene no ser excesivamente ambicioso cuando programas el día de ruta, y no pensar en pronunciar jamás la típica frase: -“Hacemos una paradita corta a tomar un café y así vemos un poco el pueblecito”, porque no podréis cumplirla.

Consejo Zumaviajero: Si estáis en la Toscana, y no tenéis dos meses libres, nada de Gymkhanas turísticas de esas de ir marcando pueblos en la Lonely Planet. Es imposible verlos todos y a la vez disfrutarlos como se merecen (que generalmente es junto a un buen vino y una buena comida).

Personalmente, si no se tiene mucho tiempo, mis imprescindibles son:

Arezzo: Rica (y pija) ciudad de Vasari y Petrarca, donde Roberto Benigni rodó La Vida es Bella. Consejo Zumaviajero: Cenar en una de sus agradables terrazas, si tenéis suerte y es fin de semana, escuchando música en directo en la plaza (nosotros cenamos y celebramos mi cumpleaños en “Le Loggie del Vasari” donde se come bien y no es excesivamente caro).

Cortona: Preciosa ciudad Etrusca que a muchas/os románticos/as os sonará de la película Bajo el sol de la Toscana. Consejo Zumaviajero: Unos deliciosos Tagliatelle con trufa y funghi porcini, regados con buen vino toscano, en la vieja Taverna Pane e Vino de Piazza Signorelli. Unos 10 euros por persona (increíble pero cierto).

Montepulciano: Nunca las agujetas os sentarán tan bien. Ubicado en la cima de un monte, con pendientes de un desnivel que te retan a pensarte muy mucho si meterte por una calle u otra, aunque el desenlace será siempre el mismo. Nosotros lo visitamos en plenas fiestas de San Lorenzo, y las empinadas calles estaban abarrotadas de gente, practicando el noble arte de la cata de vinos de la zona y las parrilladas callejeras populares.

San Gimignano: La Manhatan medieval, por las numerosas torres elevadas, construidas por las familias adineradas de la época, con el único afán de aparentar, es una de las ciudades más bellas de la Toscana. Tiene además la oficina de alojamiento-casa de cambio de moneda-estanco- tienda de regalos-todo en uno- más peculiar que he visto en mi vida. Situada en la plaza medieval, la regentan una pareja de ancianos entrañables, y si les contratas una habitación, él, con aproximadamente 101 años, te acompañará hasta una de las casas llave en mano a paso de…de…, bueno de señor de 101 años, que piensas que se te puede morir en el camino.

Lucca: Ciudad etrusca bastante peculiar, sin la belleza de las otras ciudades etruscas y medievales más pequeñas, pero con mucho encanto, está rodeada completamente por una muralla circular sorprendentemente conservada. Los amplios muros, de una considerable anchura, son paseos peatonales que permiten rodear la ciudad paseando o en bicicleta. Consejo Zumaviajero: Alquilar unas bicis en la oficina de turismo, rodear la ciudad por encima de las murallas y después adentrarse por sus estrechas y ajetreadas calles.

Y bueno, me faltaría hablar de las visitas obligadas a la maravillosa Siena (y su fiesta del Palio), de Pisa con su torre inclinada y su…su…torre inclinada, de las rápidas incursiones a la playa (donde si no alquilas una tumbona al módico precio de 25 euros no puedes posar la toalla, porque te expulsan los socorristas de los hoteles), de las carreteras secundarias rodeadas de vides y campos de girasoles, o del maravilloso Valle de la Garfagnana y las aventuras que vivimos en los parques naturales de los Alpes Apunae, en plena cordillera de los Apeninos, pero tampoco se trata de ser tremendamente aburrido.

Además, si a alguno/a de vosotros/as le apetece hacer esta ruta, y quiere saber algo más concreto acerca del viaje, ya sabéis donde estoy. Justo al otro lado de esta pantalla, a un par de clicks de ratón y unos pocos tecleos.

Besos.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Viaje a la Toscana (1ª Parte)

Después de una semana y media de inabarcable volumen de trabajo, en la que no he tenido tiempo ni de respirar, he conseguido sacar unos minutos para comenzar el cuaderno de bitácora del mi viaje por Italia y la Toscana:

Todo empezó tras un ajetreado día en el aeropuerto. Supuestamente nuestro avión de Vueling salía a mediodía, pero una avería nos dejó esperando en la Terminal durante 4 horas y 50 minutos (10 minutos antes de las 5 horas de retraso obligatorias para reembolsar el billete), tiempo al que hay que sumar otros cuarenta minutos dentro del aparato. Visto lo visto esta semana pasada, si la espera sirvió para dejar el aparato en buenas condiciones, bienvenida sea.

Llegamos a Milán mucho más tarde de lo esperado, recogimos el coche (un Lancia Ypsilon muy cuco, pero incómodo de conducir) en la agencia de alquiler y pudimos comprobar, entre sudores fríos y por primera vez, las maravillosas prestaciones de la conducción popular italiana. La madre que los/as parió (y no añado más).

La ciudad de la moda y el glamour es enorme. Gigantesca, cara y vacía. Mucho más desabitada que Madrid en agosto. Y al contrario de lo que dice mucha gente, me pareció muy bonita. Tras una mañana paseando por el centro y viendo lo más típico, el Duomo, las galerías de Vittorio Emmanuele, las amplias avenidas de lujosas tiendas, tomamos rumbo a Florencia. Quedaba mucho viaje, y a Milán regresaríamos a la vuelta para disfrutarla un poco más.

Las dos terceras partes de los aproximadamente 300 kilómetros entre las dos ciudades, son de recta y buena autopista (Autopista del Sol) de 3 y 4 carriles, en las que todo vale. Los camiones a gran velocidad, rebasando a otros camiones, que a su vez rebasan a otros terceros….y tú en el medio intentando no ser aplastado. No puedes ir por tu carrilillo tranquilo no, porque la gente en vez de cambiarse de vía para adelantarte, te expulsa sin miramientos.

Consejo Zumaviajero: las gasolineras en Italia se anuncian en la carretera por marcas y precio. Ejemplo: Agip a 65 kilómetros (es la marca más barata), y es muy importante estar al loro, porque los precios pueden oscilar hasta en más de 10 céntimos por litro de un surtidor a otro. Además no hay trabajadores-gasolineros en el 90% de las carreteras nacionales, ni siquiera dentro de la tienda para cobrarte. Las máquinas automáticas en las que pagas no aceptan visa, sino tarjetas de chip Italianas y efectivo. Así que hay que llevar preparados los billetitos para evitar problemas.

Después de una parada a comer y a hacer un alto de un par de horas en Bolonia, que por cierto es una hermosa ciudad, llamada la Ciudad Roja por el color de sus tejados y fachadas (y por su larga tradición comunista). Tiene el segundo casco antiguo medieval más grande de Europa (me he enterado de este dato ya de vuelta en Madrid), y doy fe que probablemente la mejor heladería del país. Consejo Zumaviajero: Cremeria Siroco c/via Barelli, 1/C (aun sueño con ese sabor a pistacho).








La intención era probar los exquisitos manjares de Bolonia la Gorda por su excelente cocina, pero….Consejo Zumaviajero (a partir de ahora CZ): no intentes comer "nada" en un restaurante Italiano en verano después de las 15:30. Estarán todos cerrados.

La parte de autopista (90 km) que lleva de Bolonia a Florencia atraviesa los Apeninos, y es además de bonita, sumamente peligrosa, puesto que son todo subidas y bajadas pronunciadas, túneles, que junto a los miles de camiones que la utilizan, impiden que el conductor pueda distraerse ni un segundo a contemplar el maravilloso paisaje. Todo el trayecto de Milán a Florencia en peajes: Unos 20 Euretes. Merece la pena, puesto que volar a Milán es muchísimo más económico que a Florencia.

Es espectacular la vista de Florencia al atardecer. Hermosa, elegante, cosmopolita, rebosante de arte. Mucho más llena de gente que Milán (principalmente turistas). Tuvimos cierta suerte con el hostal, porque aparte de limpio, estaba en el centro. Un problemas gordo y caro el del aparcamiento, común a todas los pueblos y ciudades de Italia.




Que decir de esta bella ciudad que no se haya dicho. Si sois unos apasionados del arte renacentista, necesitareis una semana o más para ver todo. Si os gusta con reservas como a nosotros, y preferís perderos por las calles y mercados, daros algún homenaje gastronómico, y entrar únicamente a alguno de los museos típicos (la Galería Uffizi o la Galería de la Academia, al módico precio de 10 € cada una con colas, 14 € sin ellas), con dos días y medio es suficiente.

CZ: No perderse por nada del mundo un paseo nocturno por sus plazas y por la rivera del río, y la subida a la Iglesia y al Mirador de San Miniato al monte, uno de los templos más antiguos y hermosos de Florencia, y seguramente la mejor vista panorámica de la ciudad (sin apenas turistas).

Continuará....


lunes, 18 de agosto de 2008

Regreso

Tras varios días de ruta por Italia ya estoy de vuelta. Ha sido un viaje maravilloso por la Toscana y otras zonas vecinas, del que daré cuenta en profundidad en próximas entradas, puesto que nuestra experiencia puede inspirar a aquellos/as de vosotros/as interesados/as en visitar esta hermosa región.

De momento, sin mucho tiempo para seleccionar, dejo unas cuantas fotos, hasta que saque un rato para relataros nuestras aventuras.

Muchas gracias a todos/as los que os acordasteis de mi cumpleaños. No lo merezco, puesto que yo soy el primero que no me acuerdo de casi ninguno.

Y ahora toca lo peor, la vuelta es dura, sobre todo después de unos días tan intensos y bonitos….pero la vida es así.

Florencia

Arezzo

Montepulciano

Pisa

Siena

Campos de la Toscana

Viñedos y girasoles de la Toscana

Valle de la Garfagnana

viernes, 1 de agosto de 2008

Vacaciones y los 31

Llegaron las que serán mis únicas vacaciones este año. Apenas un par de semanas que aprovecharé para ser feliz, disfrutar de la buena compañía y ver algo de mundo.

Castrocontrigo (León) y Milán, Florencia y la Toscana. Ese es el planning, un escueto pero apetitoso menú, del que espero extraer nuevas historias e imágines que pasarán a engrosar las entradas de este Blog dentro de quince días.

El día 9 de agosto es mi cumpleaños, hago nada más y nada menos que 31, pero creo que este año no me voy a deprimir, puesto que tengo que afirmar que si los 30 me han cambiado en algo, ha sido en que ahora soy mucho más pragmático y positivo con todo lo que me sucede, y la verdad es que así, menos estresado, menos agobiado, soy mucho más feliz. Se que los 31 me aportarán también nuevas cosas buenas, haciendo bueno el dicho de a más viejo, más sabio.

Sin enrollarme más, desearos a todos/as los/as lectores/as de este mi humilde espacio unas felices vacaciones, y a los/as que por la injusticia de la vida y la crueldad del destino vais a estar trabajando durante este mes de agosto, os mando todo mi ánimo y un abrazo fuerte.

Besos a todos/as……nos vemos en quince días.

Arrivederci

jueves, 31 de julio de 2008

Premio de "Una de Cine"

Irda baila al son de la Darbuka soñando con volar.
Mica teclea despacio pensando en Billy Wilder.
Ella, inteligente y reflexiva quiere enseñar.
El, listo y decidido desea escribir y agradar.

Y aunque estos anhelos les harán tomar caminos distintos,
el amor que se profesan los mantendrá unidos en la distancia.

Al final de sus nuevas aventuras volverán a encontrase,
más felices, más sabios y más bellos.

viernes, 25 de julio de 2008

Una de Cine

Ummm...estoy pasando una racha poco creativa en cuanto a narrativa, así que a modo de excusa, y pera seguir con mi intención de actualizar este pequeño espacio siempre que pueda...aquí va un mini-concurso de cine. Por ser el primero, es facil....en futuras ocasiones lo iré complicando.

Solo hay que encontrar el personaje secreto de cada una de las fotos y el nombre de la película. Hay premio para el/la más rápido/a.




1.



2.

3.



4.


5.


Si, lo se, la 4 es la más dificil....pero es una de mis películas favoritas. Dejaré una pista: El grito de Dutch llamando a su compañero de fechorias por última vez antes de morir, es una de las escenas más sobrecojedoras de la historia del cine.

Abrazos.


martes, 22 de julio de 2008

Sanfermines

¿ Qué te puedes encontrar en un fin de semana relámpago en sanfermines?

1. Gente, masas ingentes de personas por las calles, generalmente con pañoleta y faja rojas.





2. Borrachos/as en cada rincón (este debe ser un nuevo plato de F. Adriá: Paella en cabeza)





3. Borrachos/as dormidos/as en sitios insospechados......




en el suelo lleno de basura....(el cartón empapado es mejor incluso que el latex con muelles).

en un cómodo banco....




elegantes (el tipo está borracho, pero sin perder el porte)....y no tan elegantes (ojo al que se quedó dormido mandando un sms).



4. Nostálgicos de Hemingway...



5. También te puedes encontrar a Chuck Berry.


6. Y hermosos fuegos artificiales....



7. Ahh....... y por supuesto..............



.......toros.








viernes, 18 de julio de 2008

Ganadores/as




Bueno, me ha sido imposible elegir a un/a ganador/a por mi mismo. Todos los finales aportan algo distinto, nuevos hilos narrativos, diferentes desenlaces, algunos hermosos, otros desgarradores, fríos y salvajes como la vida misma.

El caso es que he sometido a votación el veredicto, y ni aun así he conseguido encontrar un único ganador. Por eso, creo que al final tendrán que ser dos bolsas de melones, en vez de una, que hoy me siento generoso.

Así, por votación popular, y con un claro empate técnico a 5 votos, los ganadores del concurso son (ratatatatatatatata…esto pretende ser una onomatopeya de redoble de tambores…ratatatatatatatata):

¡¡¡ Bob Dylan y Circe!!!

Como en los Goya o en los oscar, podéis subir al escenario y decir unas palabras de agradecimiento a vuestros padres, amigos, etc., etc, (pero sin extenderos demasiado).

Enhorabuena a los/as ganadores, y un millón de gracias a todos/as por participar, ayudándome a hacer de este humilde rincón cibernético un lugar más bonito e interesante.

Es una pasada poder hacer realidad pequeñas iniciativas cotidianas como esta, en las que aunque parezca mentira, fomentamos entre todos la imaginación, la creatividad y la participación.

Muchas gracias.

miércoles, 16 de julio de 2008

Final de "El Sofá de Sandías"

Este es mi final para el relato. Respecto al concurso, mañana publicaré quie ha sido el/la ganador/a de los melones, puesto que me está costando mucho decidirme por uno, y he requerido la ayuda de algunos/as asesores/as literarios/as.
El sofá de Sandías (3ª Parte):

Melones sabía muy bien que la vida era injusta, amarga e ingrata, y con la suficiente mala leche como para castigarla con aquella broma. Para una vez que un hombre se interesaba verdaderamente por ella, y no lo hacía simplemente por un sucio y rápido revolcón en el asiento trasero de un coche, el destino le ponía delante a este fantoche, loco, feo, sucio y sin oficio ni beneficio.

Mientras pensaba en la ironía del destino, se mantuvo completamente quieta, mirando al pobre Sandías, que ya había interpretado el silencio de su amada como una bochornosa negativa a su declaración, y empezaba a dirigirse lentamente hacia la puerta con la cabeza gacha. Todo su enjuto cuerpo demostraba vergüenza y decepción, y al verle así, tan desnutrido, tan solo, tan abandonado, tan rechazado, una pequeña chispa de compasión y amarga tristeza prendió en el alma cándida y maternal de Melones.

Una chispa que encendió la mecha de una idea, de una esperanza, de una auténtica declaración de intenciones, una escapada hacia delante que inundó de coraje el corazón de la mujer: - Si el destino se mofaba de ellos de esta manera, ella lo combatiría, y pondría todo su empeño en derrotarlo, y ya veríamos quien reía más al final.

Dicho y hecho, Melones agarró a Sandías por el brazo cuando este pasaba lentamente por su lado, sin atreverse a mirarla a la cara camino de la puerta (aunque si que miró de reojo el ramo de puerros, no descartando recibir algún golpe antes de salir), y como si fuera una moderna Scarlett O´hara, le observó detenidamente, de arriba abajo, y le dijo: -¿Quieres ser mi hombre?, pues ser el hombre de la Melones cuesta, y tu vas a empezar a pagar-, (vale si, pongamos que ella era muy aficionada a las series de los ochenta).

Cogió a Sandias como si fuera un muñeco, lo arrastró hasta el baño, lo desnudó, abrió la llave de la ducha y lo metió dentro. El pobre Sandías allí desnudo, asustado y avergonzado, no se atrevía a moverse ni a quejarse, simplemente temblaba mientras Melones le cubría de jabones, champús, y le frotaba con una esponja rasposa con tal fuerza que parecía que iba a arrancarle la piel.

Cuando terminó la tortura de aquella brutal higienización, Melones envolvió a Sandías en toallas, lo puso delante del espejo del baño, sacó la maquinilla de esquilar a sus hijos cuando traían algún piojo de la escuela, y le rapó las greñas de código de barras (algo parecido al estilo Anasagasti) al uno. Después, le dio una pastilla de jabón, y una cuchilla desechable (que apenas había usado para hacerse las piernas un par de veces), y le dijo:- Aféitate esa barba a conciencia, creo que tengo algo de ropa del bastardo de mi ex en alguna parte, seguro que te sentará bien-.

Al instante, cuando Sandías con manos temblorosas estaba terminando su tarea, aunque con un par de virutillas de papel higiénico taponando sendos cortes, apareció Melones con un traje azul marino un poco arrugado, y no demasiado elegante, una camisa color crema indefinido (en su día debió ser blanca), y unos calzoncillos de algodón blanco con la goma un poco floja.

El pobre hombre se vistió, y aunque todo le quedaba un poco grande, y tenía cierta pinta de conserje de finca de vecinos, parecía un hombre distinto. Quizás no muy guapo, puede que no excesivamente elegante, pero si respetable..., siempre y cuando no sonriera demasiado, aunque Melones tenía un primo que trabajaba en una funeraria municipal, y se movía en el negocio de las dentaduras postizas robadas, así que ese problema pronto estaría solucionado.

Y así, el nuevo Sandías se convirtió en uno más de la familia, y muy pronto consiguió un modesto trabajo de camarero en una tasca cercana. Con el tiempo, Melones le invitó a mudarse a su casa, y sus hijos aprendieron a quererle, a escucharle y a respetar su sitio en el lado derecho del sofá rojo, delante del televisor.

Una tarde cualquiera, meses después, mientras estaban sentados a la mesa compartiendo unas pizzas congeladas, la abuela se levantó de su butaca, se plantó delante de todos y dijo: -Sandías, querido, ¿te importaría ponerle pilas nuevas al mando a distancia?-.

viernes, 11 de julio de 2008

San Fermines y otras cuitas


Parece que tras una lucha encarnizada de una semana, el mecánico me ha devuelto el coche...por cierto, con una revisión completísima, pero sin arreglar la avería que le llevé...prefiero ni opinar sobre el tema. Solo diré que su respuesta fue: no hemos conseguido encontrar la solución a la avería, así que cuando pasen las vacaciones, nos lo traes y probamos otra vez...a ver si hay suerte, pero tranquilo que las horas no te las cobramos...(la realidad supera algunas veces la ficción).

El caso es que aunque sigo sin poder ver el nivel de gasoil que lleva el depósito, hasta que salta la luz de la reserva, tenemos el coche a tiempo para el viaje relámpago a Sanfermines que H y yo llevamos "planeando" desde hace unos días...así que esta noche estaremos por allí viendo y disfrutando de las que dicen son las mejores fiestas del territorio plurinacional.

Respecto a Sandías, voy a dejar este fin de semana para que algún/a perezoso/a, que me lo ha pedido expresamente, pueda incluir su final, antes de decantarme por uno, y a la vez publicar el mio propio. Aun así, gracias por los magníficos y originales finales posteados, y me va a costar mucho decantarme por uno solo.

Tenía que escribir sobre muchas cosas, sobre un precioso viaje a la Toscana y Umbría que ya tenemos organizado, sobre el Summercase que ya está cerca (que gran noticia me has dado hoy Alberto), sobre el sorprendente aluvión y epidemia de bodas que me rodean (hasta tres parejas de amigos que se casan este año), sobre las mil y una cosas que me he ido dejando en el tintero en esta época de vagueo blogueril, pero tengo poco tiempo, y me va a pillar el toro (nunca mejor dicho).


El lunes más...y ¡¡¡¡ Gora San Fermín !!!.

miércoles, 2 de julio de 2008

El sofá de Sandías (2ª Parte)

Una mañana como otra cualquiera, Melones se encontraba inmersa en su sesión de ludopatía diaria, perdida en ese maravilloso sentimiento de ansiedad anhelante de suerte que tanto la reconfortaba. Flotando en el sonido de las tragaperras y de las monedas al caer, se dio cuenta de que había roto su promesa de no entrar a jugar antes de hacer la compra, para gastar únicamente las vueltas del mercado. Quizás no fuera una dama, pero si que podía ser una madre responsable.

Abrumada por la culpa, se dirigió directamente al supermercado, compró las cosas que necesitaba para preparar el almuerzo de su familia, y se marchó a casa, horas antes de lo habitual. Así pasaría un rato en compañía de su madre, pondría un par de lavadoras, y atendería un montón de plancha que la esperaba desde hacía un mes.

Al llegar a su caravana entró directamente, sin previo aviso, puesto que nunca cerraba con llave, ¿Quién querría allanar su humilde hogar con malas intenciones?, pero una vez dentro, deseó con todas su fuerzas haber echado el cerrojo, por que allí, junto a la anciana, recostado en su sofá y mirándola con cara de pasmo, estaba el holgazán y huraño Sandías, su vecino de parcela, con el que jamás había cruzado ni media palabra, porque tenía fama de chiflado. Desde luego su ropa, su peinado, y su aspecto en general no reflejaban un exceso de cordura.

La primera en abrir la boca fue Melones, que no pudo exclamar más que un simple y espontáneo:- ¿Qué haces en mi casa maldito bastardo?- , mientras Sandías intentaba balbucear una respuesta coherente, que se quedó en un simple:- na…, na…, nada.-.

Melones, esgrimiendo un manojo grande de puerros (el objeto “contundente” más cercano que su mano pudo encontrar), siguió con su interrogatorio: -¿has entrado a robar?, ¿no serás un degenerado de esos que le gustan las ancianitas?, como hayas tocado un pelo a mi madre te abro la cabeza-, y aquí añadió tres o cuatro adjetivos calificativos que eludo, porque estamos en horario infantil.

Sandías estaba pálido, libido. Grandes goterones de sudor frío corrían por su rostro, y un nudo en la garganta le impedía contestar a la batería de acusaciones de su amada vecina, pero en un esfuerzo de concentración y lucidez, consiguió responder con voz estridente:- No soy un ladrón, no soy un degenerado, soy simplemente un vecino enamorado- y su tez se empezó a poner roja como un tomate.

La cara de su vecina, detrás de un matojo de hojas verdes de su improvisada arma, era también un auténtico poema:- ¿te has enamorado de mi madre?, ¿Pero si hace años que ni habla, ni apenas se mueve?-, a lo que su vecino, sin atreverse a moverse del sofá, y sin dejar de mirar los amenazantes puerros, contestó raudo:- No, no, no, no de su madre, que por otro lado se ve que es una gran mujer, siempre ahí, sonriente…., estoy enamorado de usted, señorita Melones, de su vida, de su imagen, y de su magnífico sofá.

Bueno, bueno…estamos en un momento crucial para la historia, y la respuesta de Melones a esta declaración, supondrá el clímax de este cuento de amor o desamor, de pasiones irrefrenables o de rupturas dolorosas e incurables. Y no tengo ni idea de como terminarla.

Echarme una mano primos/as, y el final de la historia que más me guste, será premiada con una bolsa grande de maravillosos melones de chicle, rellenos de sano pica-pica, de esos que recomiendan 1 de cada 10 dentistas. Es que si tengo que regalar melones o sandías de verdad, no me da el presupuesto en gastos de envío.

Un abrazo y espero vuestros desenlaces.

miércoles, 25 de junio de 2008

El sofá de Sandías

"Sofá rojo con desnudo", de Pedro Soler.

Sandías vivía solo en su caravana. No tenía trabajo. No le quedaban ahorros. No tenía amigos, ni familiares, ni una triste mascota, a excepción claro de las plagas de diversas especies que convivían bajo su techo. No tenía apenas pelo, y le escaseaban los dientes. Por no tener, no tenía ni comida, ni agua caliente, ni un par de calcetines limpios. Ni siquiera tenía un sofá. Y prácticamente todo el mundo tenía un sofá. Hasta la mayoría de los mendigos de la calle tienen uno, puede que rescatado de un contenedor, o quizás construido a partir de cartones añadidos a la estructura de un banco del parque. Pero el caso es que lo tienen.

A pesar de su mala fortuna y de la incertidumbre que le provocaba no saber si iba a comer algo caliente (o frío, daba igual) durante el día, Sandías tenía algo que le impulsaba a levantarse cada mañana. Y ese algo era un sueño.

Ahora mismo, si os preguntara cual creéis que era el sueño de nuestro pobre (literalmente) protagonista, muchos diríais:- ¡un trabajo!, ¡dinero!, ¡fama y poder!, - o incluso alguno/a, demasiado pragmático/a y/o con un dudoso humor negro respondería: - ¡la muerte!-. Pues no… todos/as os habríais equivocado, porque con lo que soñaba Sandias todo el tiempo era con Melones.

No, no quiero que os hagáis una imagen errónea de este infeliz, que no era ningún pervertido, o al menos, no más de lo que un tipo de cincuenta años, completamente solo, puede llegar a ser. Tampoco se trataba de un adicto al jugoso (aunque algunas veces traicionero) fruto de Villaconejos.

Melones era simplemente su vecina. Vivía en la caravana grande, blanca y prácticamente nueva situada en la parcela de al lado. Madre soltera, divorciada o abandonada, con tres gamberretes a su cargo, que con sus travesuras eran el terror de los vecinos del parque de caravanas, para sofoco de su sacrificada progenitora, que siempre les perseguía sin demasiado éxito con la zapatilla en ristre.

Para Sandías, Melones era irresistiblemente hermosa, y aunque no vestía con un gusto exquisito, o bueno, para ser más exactos, no vestía con gusto alguno, él la espiaba desde su caravana, y parapetado tras sus mugrientas cortinillas, la observaba todas las mañanas, cuando salía a la compra con su chándal y sus sandalias de tacón de aguja, arrastrando un viejo carrito de cuadros escoceses.

El sabía que ella tardaría en volver, pues era muy aficionada a invertir parte de su pensión en una sala de tragaperras cercana al supermercado. Así que, aprovechando que los niños estaban supuestamente en el colegio, que la anciana madre de Melones estaba todo el día sentada atada a una butaca, con la tele encendida, y que aun con los ojos abiertos, no parecía percatarse de nada de los que sucedía a su alrededor, nuestro protagonista se colaba en aquella caravana grande y limpia, que siempre olía a tarta de limón.

Apenas entraba, lo primero que hacía era sentarse en el mullido sofá de tres plazas, y se dejaba mecer por los crujiditos emitidos por una brillante funda de plástico duro, puesta por su dueña para evitar un mancillamiento innecesario de aquella maravillosa tapicería rojo pasión. Incluso algunas mañanas, por cortesía, saludaba y le daba algo de conversación a la anciana, que nunca parecía escucharle ni verle. Y así, juntos, veían las telenovelas, o el programa de Ana Rosa (que a la abuela parecía gustarle, porque algunas veces sonreía), hasta que Sandías creía que corría el riesgo de ser descubierto, y volvía a su cubil.

Una vez allí, y mientras esperaba el regreso de Melones, se juraba y se rasgaba las vestiduras con el deseo de vivir en aquella caravana nueva, de ser el hombre de la casa, de ser la figura paterna que necesitaban aquellos pequeños delincuentes en potencia, de estrechar entre sus brazos a su amada, sentados en aquel sofá rojo cubierto con un plástico transparente. Aquel era su sueño.

Melones y su sofá eran lo que impulsaban a Sandías a seguir viviendo, y a desechar la idea de meter la cabeza en el horno, o bueno, como dicho electrodoméstico hacía meses que no funcionaba, de tirarse por un puente.

(Continuará…)


miércoles, 18 de junio de 2008

Contaminación

Helicópteros retumban en mi mente,
relinchos, gritos y truenos,
llantos, golpes y flautas.
Ecos de una pesadilla que nada
en las turbias aguas de mi alma.

No hay cloro para eliminar la mugre,
no hay paños para secar los charcos,
no hay alcohol para desinfectar la herida.
Mi corazón es como un baño,
última puerta del fondo, a la izquierda.

Cada cosa que comienzo se destruye,
cada cosa que destruyo se muere,
cada cosa que mato me borra un poco.
Y aquí sigo creando y desapareciendo,
hasta que no me vea ni a mi mismo.

Hoy mi contaminación es acústica,
hoy mi contaminación es ambiental,
hoy mi contaminación es creativa.
Calentamiento emocional que derrite mi calma,
convertida en lágrimas que manan sin cesar.

lunes, 16 de junio de 2008

Esculturas del Sueño Americano

Man on a Lawn Mower (Escultura de Duane hansen)

Queenie II (Escultura de Duane hansen)

Ayer, en un recorrido madrileño en busca de las distintas exposiciones incluidas en el marco de Photoespaña 08, abiertas en domingo, acudimos a la Fundación Canal, con el único objetivo de ver la obra Mírate, continuación del proyecto Retrátate, elaborado a partir de sesiones fotográficas de artistas relevantes como Miguel Trillo o Amy Chang, que retrataron el pasado mes de mayo a decenas de voluntarios/as interesados/as en participar en esta iniciativa.

El caso es que esta exposición, ubicada en el Depósito Elevado de la Fundación Canal, no está mal, sobre todo, si la observamos teniendo en cuenta la globalidad del proyecto de experimentación y participación social. Me alegro mucho de haberla visitado, no por la exposición en si misma, sino porque nos permitió enterarnos de que en un edificio anexo se puede acceder a otra exhibición, “Duane Hanson: Esculturas del Sueño Americano”, para mi gusto mucho más interesante.

Si tengo que ser honesto, es la primera vez que había escuchado hablar de este tal Hanson, uno de los escultores más reconocidos de las postrimerías del siglo XX, desaparecido hace poco más de una década, y precursor del hiperrealismo del que han bebido multitud de artistas actuales. Esta exposición, supone de hecho, la primera retrospectiva que se hace del autor en nuestro país.

El realismo de las esculturas es tan cuidado, que nada más entrar a la galería, todos los visitantes, incluido yo mismo, sufren una extraña sensación de estar contemplando a modelos ejerciendo de estatuas humanas, y más de uno/a puede llegar a confundir las dos primeras esculturas sentadas de espaldas en un banco, con dos turistas reales haciendo un descanso en su deambular por las calles de Madrid.

El tema principal de la obra de Hanson es la persona. Para realizar la mayoría de sus esculturas elige al ciudadano medio, anónimo, de cualquier edad. Tiene el don de hacer visibles a los invisibles y convertirlos en protagonistas, capturando los estereotipos de la sociedad americana de los años 70 a los 90 y recrea figuras de personas corrientes en actitudes tan comunes como trabajar, tomar el sol, escuchar música o hacer ejercicio.

Son 22 obras construidas en resina de poliéster y fibra de vidrio, polivinilo o bronce, y pintadas a mano con maestría consiguiendo reproducir el color de la piel, la expresión de las miradas o las arrugas del rostro, hasta detalles sorprendentes.

Merece la pena acercarse.


miércoles, 11 de junio de 2008

Triste violencia

Hoy el día ha comenzado de forma bastante lamentable. He cogido el coche para ir a trabajar, y nada más comenzar mi trayecto, me he topado con un brutal atasco. Uno de esos embotellamientos que te pillan en el lugar menos indicado, en esa calle pequeña que cruza una vía de tres carriles, en la cual, interminables filas de coches pasan directamente de respetar los semáforos y las normas básicas del civismo, impidiendo cualquier incorporación.

Tras varios minutos completamente parado viendo pasar la marabunta, no me ha quedado más salida que pasar a la acción, y como dicen que el mundo es de los valientes, he aprovechado un pequeño resquicio, apenas un segundo de parada de uno de los vehículos, para meter el morrillo de mi querido “bolita”, cual ratoncito que se abre paso por el agujero de una panera.

Dicho y hecho, una vez que metes la cabeza, ya no hay vuelta atrás. Pero el destino es incierto, y en vez de topar con un ser humano al volante, me ha tenido que tocar en la maniobra, uno de esos eslabones perdidos entre la ameba y el ñu (por favor me perdonen ambas especies), que al volante de su utilitario, no se ha tomado nada bien mis acrobacias.

Al principio, y dado mi carácter tranquilo, he pasado de sus insistentes pitidos, pero cuando las imprecaciones, bocinazos, y acercamientos agresivos a mi parachoques trasero no cesaban, he cometido el absurdo e instintivo movimiento de girar la cabeza y ensayar el mundialmente conocido gesto de “tu estás loco”, taladrando ficticiamente mi sien con el dedo índice.

Tan inocente símbolo corporal ha debido desagradar sobremanera al ñumeba (¡hey, acabo de bautizar a una nueva especie genética!), porque en un alarde de civismo vial, se ha cambiado bruscamente de carril, para colocarse en paralelo a mi coche, y utilizando su segunda neurona útil, ha conseguido apretar el elevalunas eléctrico para bajar la ventana, dedicándome unas cuantas hermosas y eruditas frases acordes a su enorme intelecto.

Yo, que llevaba la ventanilla bajada, me he quedado mirándole sin dejar de sonreír, acordándome de las profundas enseñanzas zen de Isabel Pantoja (dientes, dientes, que es lo que les jode), y he contestado a su retahíla de improperios con un simple y aséptico: Tu estás loco tío, cállate ya y conduce.

He de añadir, que el ñumeba iba acompañado por un copiloto que parecía provenir de una especie más evolucionada (si grandes alardes), y al menos ha demostrado tener algo de sentido común intentado mediar un poco en el descontrol de su amigo con un escueto: -Tranquilo Paco…, tranquilo-.

Pero Paco, que no estaba por la labor de hacer caso, ha cometido la osadía de abrir la puerta de su coche y haciendo un amago de bajarse, me ha dedicado un gran clásico de la idiosincrasia hispana, la temida y siempre arriesgada pregunta: -¿A que me bajo del coche y te rompo la cara...(aquí que hay que añadir algo dedicado a mi madre)?-.

Y digo arriesgada pregunta, porque en este caso el ñumeba Paco se ha topado con un ser humano racional, pero bien podría haber sido yo un Gorisonte, o un Tibuhiena (¡Mira!, otras dos nuevas especies), haberme bajado del coche, bien provisto de una barra de acero (lo típico que llevan en el maletero algunos especimenes), y aprovechar mis 1,85 y mis 90 kilos para mandarle al hospital, que no nos engañemos, quizás es lo que se merecía.

Pero no, como ser humano racional, que ha visto demasiadas veces la película Regreso al Futuro, para saber cuando merece la pena enfrentarse o no a determinadas bravuconadas, he decidido simplemente persistir con la técnica de la Pantoja, aun cuando el pobre Paco, sujetado por su amigo, se ha bajado del coche, y se ha puesto como un loco a retarme pegado a mi ventana.

No se si han sido los pitidos del resto de los coches a nuestro alrededor, ya que el tráfico ha empezado a avanzar, o que al acercarse a mi puerta, el ñumeba se ha percatado de que estaba jugando con fuego (dado mi tamaño y edad), pero el caso es que se ha subido al coche, y gracias a dios, el azar de los atascos no nos ha vuelto a situar cerca como para entablar una nueva “conversación”. Pero el hecho es que la historia me ha hecho pensar.

¿Qué pasa por la cabeza de alguien, para arriesgar su integridad física, echando por tierra su condición humana, por un simple hueco en un atasco de tráfico?¿Qué le hará este tipo a su pobre mujer cuando esta le conteste mal, o a sus hijos cuando le traigan malas notas?.

Nos extrañamos de las barbaries que se cometen por diferencias económicas, religiosas y políticas, pero en la vida cotidiana, en nuestra ciudad, no solo en Irak, Somalia, Panamá, Puerto Hurraco o Estados Unidos, tenemos que convivir a diario con personas violentas, capaces de mandar a alguien al hospital o dejarse machacar por cualquier estupidez. Es triste empezar el día así, topándome de lleno con esta cruda realidad.

viernes, 6 de junio de 2008

Barras de pan


Ayer bajé a la tienda de comestibles de la esquina, unos ultramarinos de los de toda la vida, quizás el único negocio en siete manzanas que ha conseguido hacer frente al fuerte empuje oriental en el sector del pequeño comercio alimenticio.

Se trata de uno de esos locales que siempre huelen a rancio, y que no han cambiado desde los años sesenta. Por eso, a fuerza de mantener la misma decoración, los productos y embases del escaparate están como difuminados y decolorados en tonos sepia.

Allí me atendió el personaje que todo el barrio conoce como “el judío” (todos los profesionales del ramo tienen mote, así que también podría haber sido “el jumillas”, “el rata”, “el mantequero”, “el guarro”, "el pesetas", o cualquier otro apelativo de tendero por el estilo).

Como siempre que entro, que no es muy a menudo (me pone nervioso que me hagan las cuentas en el mismo papel en el que me envuelven los productos), me dispuse a recibir el trato vejatorio destinado a los clientes ocasionales, que es inversamente proporcional al estilo simpático, meloso e incluso sobreactuado con el que “el judío” trata a las señoras mayores, sus clientas más fieles.

Así que, sin esperar mucho saludo ni conversación, me planté delante del tendero y le dije:

- Hola, déme dos barras de pan, y si tiene usted huevos, me pone dos docenas.

No me preguntéis como, ni por qué, pero el caso es que me vi arrastrando hacia mi casa un saco con veintiséis barras de pan.

lunes, 2 de junio de 2008

Inversión Musical

Estoy realmente contento, y no es precisamente porque sea lunes, y me agrade sobremanera la larga semana de trabajo que me espera, sino porque ya tengo las entradas para dos de los eventos marcados en rojo como imprescindibles en mi particular agenda cultural y de ocio de este año.

Así, y en primer lugar, el próximo 14 de junio, me sentaré junto a mi querida H, en una de las butacas del Auditorio del Parque Juan Carlos I, y me dejaré trasportar por Ennio Morricone y el Orfeón Donostiarra, a todos esos lugares e historias construidas por Sergio Leone, Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci, Gillo Pontecorvo, Brian de Palma, Marco Bellocchio o Pedro Almodóvar.

Gracias a las bandas sonoras del genial compositor romano, que ya son parte de nuestro imaginario colectivo, podré ser durante unos instantes un ex-sargento de la caballería del Norte, que se dirige a San Miguel por un puñado de dólares, o un forajido callado y misterioso que en vez de hablar toca la armónica, o un campesino revolucionario en la Italia de principios del siglo XX, o quizás un jesuita que se adentra en la selva armado de su fe y de un oboe, o un Elliot Ness empeñado en hacer morder el polvo al malvado Al Capone. Y así, como el Totó de Cinema paradiso, disfrutaré de lo lindo ante la magia del cine, representada en esta ocasión en forma de hermosas melodías, por las voces del Orfeón Donostiarra.

Por otro lado, y en segundo lugar, ya tengo mi entrada para el Festival Summercase, que sin duda, por su cartel, se ha convertido en el mejor festival de música pop-rock alternativa del país, desbancando, por lo menos este año, incluso al mítico FIB. Allí me esperan decenas de grandes conciertos: Interpol, Kaiser Chiefs, Kings of Lion, The Breeders, Ian Brown, The Verve, Grinderman, The Raveonettes, Los Planetas, y tantos, tantos otros. Será un fin de semana increíble, así que el pasado sábado, tras salir de la tienda de la Fnac de Callao, me fui con el gran Alberto a celebrarlo con unas cañitas de mediodía, que son las que mejor sientan. Y es que parece que nos han hecho el festival a medida para los dos (¿y si nos llegan a meter también a Pixies o a Radiohead?).

Hay que reconocer que ambos actos suponen un gran agujero en el bolsillo, pero visto como se ha puesto el tema cultural y sobre todo musical, no queda otra que seleccionar, elegir lo “imprescindible”, cerrar los ojos y pagar sin pensarlo demasiado.

Esto no quiere decir que esté de acuerdo con los precios que impone el mercado cultural actual, por muy bueno que sea el espectáculo o artista, puesto que en nada ayudan a la universalización de la cultura, convirtiendo la buena música en directo en algo exclusivo del que se lo puede permitir, y obligándonos al resto, a seleccionar tres o cuatro conciertos de pago al año.

Siempre nos quedarán algunos pequeños reductos musicales y culturales gratuitos, aunque también es cierto, que cada vez son menos.

jueves, 29 de mayo de 2008

martes, 27 de mayo de 2008

Ritmo de gentes

La ciudad está llena de ritmo de gentes que viven vidas de diversos colores y formas, que corren, pasean, hablan, gritan, ríen, lloran y piensan. Seres humanos que son felices y desgraciados, que son buenos y malos. Muchos nacen, otros mueren. Los hay que enferman y que se curan. Muchos son los que aprenden y muchos los que enseñan, los que convencen, los que creen, los agnósticos, los ateos, los que critican o alaban, los que desprestigian y los que ensalzan. Otros mienten y algunos dicen siempre la verdad. Los hay justos, injustos, ingratos y agradecidos, comprensivos, exigentes, nobles, desalmados, crueles, desinteresados, acaparadores, honestos, trabajadores, vagos, perezosos, dormilones, insomnes, trasnochadores y sonámbulos. Deportistas, intelectuales, obreros, amas de casa, políticos, abogadas, electricistas, ingenieros, ejecutivas, quiosqueros, barrenderos, médicos, taxistas, veterinarias, farmacéuticas, operarios, policías, soldados, poetas, pintores, fresadores, cirujanas, mecánicos, enfermeras, juezas, ricos, pobres. Padres, madres, hijos y nietas, amantes, maridos, esposas, novios, divorciados, parejas de hecho, amigos y enemigos. Esclavos, patrones, arrendatarios, jefes y empleados. De derechas, de izquierdas, neoliberales, fascistas, comunistas, apolíticos, nacionalistas, socialistas, anarquistas, multipartidistas, escépticos y abstencionistas. La ciudad está llena de ritmo de gentes que viven vidas de diversos colores y formas.

Haced como yo, imaginad que estáis sentados/as en un banco de vuestra ciudad (si es que queda alguno, porque son una especie a extinguir), y decidme que tipo de personas veis. Creemos un ritmo de gentes cada vez más grande entre todos/as.

viernes, 23 de mayo de 2008

Cuando te pitan los oídos

¿Podemos ser pragmáticos al cien por cien, e ignorar de una manera absoluta todo aquello que determinadas personas, a las cuales no apreciamos demasiado, puedan decir, opinar o pensar sobre nosotros?

No estoy realmente seguro, puesto que aunque nos afecten más profundamente las opiniones y las críticas de aquellos a los que queremos, en el fondo, todos tenemos un orgullo, un amor propio, un afán de gustar, de ser reconocidos y respetados.

El problema, es que a lo largo de nuestras vidas, inevitablemente, siempre vamos a encontrarnos personas dispuestas a desacreditarnos, a despellejarnos, a insultarnos a nuestras espaldas, en cuanto tienen la más mínima ocasión. Es una realidad, un hecho ineludible, y aunque intentemos ser buenos chicos, y causar el menor daño posible con nuestros actos y comportamientos, eso no nos eximirá jamás de caerle mal a determinada gente, de despertar el rencor, la envidia o la mofa en alguien de nuestro alrededor.

Ni siquiera entrañables personajes como Teresa de Calcuta se habrán librado jamás de esta situación, y seguro que había alguna monja de su congregación, que harta de que la jefa fuera tan protagonista, tan maravillosa, tan bondadosa, tan simpática, tan querida, iba diciendo por ahí que le cantaba el aliento, o que se hacía pis en la ducha la muy sucia.

En el fondo estas críticas sólo son molestas cuando uno se entera, puesto que si no lo sabes, da igual lo que puedan decir o pensar otros. Pero lo peor es cuando lo descubres, y eres consciente de que lo hacen a tus espaldas. Y es que de frente sienta mal, pero al menos tienes la oportunidad de defenderte, de pedir explicaciones, de contestar, de entenderlo y pedir disculpas, o de soltar un guantazo (así cubro el espectro completo de posibles opciones de afrontar una situación así), pero a traición, al amparo de la cobardía es un acto bastante ruin.

Llegados a este punto, creo que es bueno ponerse en el otro lado, y pensar si alguna vez hemos sido nosotros los que hemos despellejado a alguien a sus espaldas. Y la respuesta ineludible es si, porque somos humanos, y la crítica, el insulto, la mofa, están al orden del día en nuestros genes. No podemos evitarlo. Yo el primero. Así que como dicen en la Vida de Brian (que es una fuente mucho más fiable que la Biblia), quien no tenga pecados, que tire la primera piedra.

Por eso, no nos queda otra que volver al pragmatismo, a la resignación, y a la aceptación consciente de que en cualquier sitio, a cualquier hora, cerca o lejos de nosotros, hay alguien que puede estar despellejándonos. Y es que no podemos ansiar lo que nosotros mismos no damos.

Así que si de vez en cuando os pitan los oídos, quedaros con el tono (suele ser en FA) y silbaros una dulce melodía.