lunes, 16 de junio de 2008

Esculturas del Sueño Americano

Man on a Lawn Mower (Escultura de Duane hansen)

Queenie II (Escultura de Duane hansen)

Ayer, en un recorrido madrileño en busca de las distintas exposiciones incluidas en el marco de Photoespaña 08, abiertas en domingo, acudimos a la Fundación Canal, con el único objetivo de ver la obra Mírate, continuación del proyecto Retrátate, elaborado a partir de sesiones fotográficas de artistas relevantes como Miguel Trillo o Amy Chang, que retrataron el pasado mes de mayo a decenas de voluntarios/as interesados/as en participar en esta iniciativa.

El caso es que esta exposición, ubicada en el Depósito Elevado de la Fundación Canal, no está mal, sobre todo, si la observamos teniendo en cuenta la globalidad del proyecto de experimentación y participación social. Me alegro mucho de haberla visitado, no por la exposición en si misma, sino porque nos permitió enterarnos de que en un edificio anexo se puede acceder a otra exhibición, “Duane Hanson: Esculturas del Sueño Americano”, para mi gusto mucho más interesante.

Si tengo que ser honesto, es la primera vez que había escuchado hablar de este tal Hanson, uno de los escultores más reconocidos de las postrimerías del siglo XX, desaparecido hace poco más de una década, y precursor del hiperrealismo del que han bebido multitud de artistas actuales. Esta exposición, supone de hecho, la primera retrospectiva que se hace del autor en nuestro país.

El realismo de las esculturas es tan cuidado, que nada más entrar a la galería, todos los visitantes, incluido yo mismo, sufren una extraña sensación de estar contemplando a modelos ejerciendo de estatuas humanas, y más de uno/a puede llegar a confundir las dos primeras esculturas sentadas de espaldas en un banco, con dos turistas reales haciendo un descanso en su deambular por las calles de Madrid.

El tema principal de la obra de Hanson es la persona. Para realizar la mayoría de sus esculturas elige al ciudadano medio, anónimo, de cualquier edad. Tiene el don de hacer visibles a los invisibles y convertirlos en protagonistas, capturando los estereotipos de la sociedad americana de los años 70 a los 90 y recrea figuras de personas corrientes en actitudes tan comunes como trabajar, tomar el sol, escuchar música o hacer ejercicio.

Son 22 obras construidas en resina de poliéster y fibra de vidrio, polivinilo o bronce, y pintadas a mano con maestría consiguiendo reproducir el color de la piel, la expresión de las miradas o las arrugas del rostro, hasta detalles sorprendentes.

Merece la pena acercarse.


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