viernes, 6 de junio de 2008

Barras de pan


Ayer bajé a la tienda de comestibles de la esquina, unos ultramarinos de los de toda la vida, quizás el único negocio en siete manzanas que ha conseguido hacer frente al fuerte empuje oriental en el sector del pequeño comercio alimenticio.

Se trata de uno de esos locales que siempre huelen a rancio, y que no han cambiado desde los años sesenta. Por eso, a fuerza de mantener la misma decoración, los productos y embases del escaparate están como difuminados y decolorados en tonos sepia.

Allí me atendió el personaje que todo el barrio conoce como “el judío” (todos los profesionales del ramo tienen mote, así que también podría haber sido “el jumillas”, “el rata”, “el mantequero”, “el guarro”, "el pesetas", o cualquier otro apelativo de tendero por el estilo).

Como siempre que entro, que no es muy a menudo (me pone nervioso que me hagan las cuentas en el mismo papel en el que me envuelven los productos), me dispuse a recibir el trato vejatorio destinado a los clientes ocasionales, que es inversamente proporcional al estilo simpático, meloso e incluso sobreactuado con el que “el judío” trata a las señoras mayores, sus clientas más fieles.

Así que, sin esperar mucho saludo ni conversación, me planté delante del tendero y le dije:

- Hola, déme dos barras de pan, y si tiene usted huevos, me pone dos docenas.

No me preguntéis como, ni por qué, pero el caso es que me vi arrastrando hacia mi casa un saco con veintiséis barras de pan.

5 comentarios:

Marie dijo...

xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Qué grande joder, sigue haciéndome gracia...

Por cierto, hace escasamente una hora que mi prima se dignó a soltarme... u_u

Besos!

Oteaba Auer dijo...

jajajajjajaa...hay que tenerlos para decirlo.
un abrazo

Anónimo dijo...

jajajaajajajajaajaajaXDDDD
Tremendo!!
Buena entrada primo!

Zumita ;)

Anónimo dijo...

Zuma, me encanta tu blog. Con tus entradas y escritos logras decir cosas tan sencillas como la vida misma pero de una manera bonita, muy bonita.

Me gusta tu estilo, y el como de vez en cuando dejas caer piropillos a la gente que quieres. Demuestras ser una gran persona, no cambies y sigue así!!!

Saludos,

Milady

Torrente dijo...

Magnífica descripción del "jumilla" que todos hemos sufrido!!

Besos