Estoy realmente contento, y no es precisamente porque sea lunes, y me agrade sobremanera la larga semana de trabajo que me espera, sino porque ya tengo las entradas para dos de los eventos marcados en rojo como imprescindibles en mi particular agenda cultural y de ocio de este año.
Así, y en primer lugar, el próximo 14 de junio, me sentaré junto a mi querida H, en una de las butacas del Auditorio del Parque Juan Carlos I, y me dejaré trasportar por Ennio Morricone y el Orfeón Donostiarra, a todos esos lugares e historias construidas por Sergio Leone, Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci, Gillo Pontecorvo, Brian de Palma, Marco Bellocchio o Pedro Almodóvar.
Gracias a las bandas sonoras del genial compositor romano, que ya son parte de nuestro imaginario colectivo, podré ser durante unos instantes un ex-sargento de la caballería del Norte, que se dirige a San Miguel por un puñado de dólares, o un forajido callado y misterioso que en vez de hablar toca la armónica, o un campesino revolucionario en la Italia de principios del siglo XX, o quizás un jesuita que se adentra en la selva armado de su fe y de un oboe, o un Elliot Ness empeñado en hacer morder el polvo al malvado Al Capone. Y así, como el Totó de Cinema paradiso, disfrutaré de lo lindo ante la magia del cine, representada en esta ocasión en forma de hermosas melodías, por las voces del Orfeón Donostiarra.
Por otro lado, y en segundo lugar, ya tengo mi entrada para el Festival Summercase, que sin duda, por su cartel, se ha convertido en el mejor festival de música pop-rock alternativa del país, desbancando, por lo menos este año, incluso al mítico FIB. Allí me esperan decenas de grandes conciertos: Interpol, Kaiser Chiefs, Kings of Lion, The Breeders, Ian Brown, The Verve, Grinderman, The Raveonettes, Los Planetas, y tantos, tantos otros. Será un fin de semana increíble, así que el pasado sábado, tras salir de la tienda de la Fnac de Callao, me fui con el gran Alberto a celebrarlo con unas cañitas de mediodía, que son las que mejor sientan. Y es que parece que nos han hecho el festival a medida para los dos (¿y si nos llegan a meter también a Pixies o a Radiohead?).
Hay que reconocer que ambos actos suponen un gran agujero en el bolsillo, pero visto como se ha puesto el tema cultural y sobre todo musical, no queda otra que seleccionar, elegir lo “imprescindible”, cerrar los ojos y pagar sin pensarlo demasiado.
Esto no quiere decir que esté de acuerdo con los precios que impone el mercado cultural actual, por muy bueno que sea el espectáculo o artista, puesto que en nada ayudan a la universalización de la cultura, convirtiendo la buena música en directo en algo exclusivo del que se lo puede permitir, y obligándonos al resto, a seleccionar tres o cuatro conciertos de pago al año.
Siempre nos quedarán algunos pequeños reductos musicales y culturales gratuitos, aunque también es cierto, que cada vez son menos.
Así, y en primer lugar, el próximo 14 de junio, me sentaré junto a mi querida H, en una de las butacas del Auditorio del Parque Juan Carlos I, y me dejaré trasportar por Ennio Morricone y el Orfeón Donostiarra, a todos esos lugares e historias construidas por Sergio Leone, Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci, Gillo Pontecorvo, Brian de Palma, Marco Bellocchio o Pedro Almodóvar.
Gracias a las bandas sonoras del genial compositor romano, que ya son parte de nuestro imaginario colectivo, podré ser durante unos instantes un ex-sargento de la caballería del Norte, que se dirige a San Miguel por un puñado de dólares, o un forajido callado y misterioso que en vez de hablar toca la armónica, o un campesino revolucionario en la Italia de principios del siglo XX, o quizás un jesuita que se adentra en la selva armado de su fe y de un oboe, o un Elliot Ness empeñado en hacer morder el polvo al malvado Al Capone. Y así, como el Totó de Cinema paradiso, disfrutaré de lo lindo ante la magia del cine, representada en esta ocasión en forma de hermosas melodías, por las voces del Orfeón Donostiarra.
Por otro lado, y en segundo lugar, ya tengo mi entrada para el Festival Summercase, que sin duda, por su cartel, se ha convertido en el mejor festival de música pop-rock alternativa del país, desbancando, por lo menos este año, incluso al mítico FIB. Allí me esperan decenas de grandes conciertos: Interpol, Kaiser Chiefs, Kings of Lion, The Breeders, Ian Brown, The Verve, Grinderman, The Raveonettes, Los Planetas, y tantos, tantos otros. Será un fin de semana increíble, así que el pasado sábado, tras salir de la tienda de la Fnac de Callao, me fui con el gran Alberto a celebrarlo con unas cañitas de mediodía, que son las que mejor sientan. Y es que parece que nos han hecho el festival a medida para los dos (¿y si nos llegan a meter también a Pixies o a Radiohead?).
Hay que reconocer que ambos actos suponen un gran agujero en el bolsillo, pero visto como se ha puesto el tema cultural y sobre todo musical, no queda otra que seleccionar, elegir lo “imprescindible”, cerrar los ojos y pagar sin pensarlo demasiado.
Esto no quiere decir que esté de acuerdo con los precios que impone el mercado cultural actual, por muy bueno que sea el espectáculo o artista, puesto que en nada ayudan a la universalización de la cultura, convirtiendo la buena música en directo en algo exclusivo del que se lo puede permitir, y obligándonos al resto, a seleccionar tres o cuatro conciertos de pago al año.
Siempre nos quedarán algunos pequeños reductos musicales y culturales gratuitos, aunque también es cierto, que cada vez son menos.
2 comentarios:
Querido hermano y resto de seres de este pequeño mundo adictivo:
Pues si nos llegan a meter tb a Pixies o Radiohead no quiero pensar la que podríamos liar. Nos tendría que sacar de allí la legión (incluida la cabra y los cabrones).
Como bien dices, parece que nos han leido el cerebro y nos han hecho felices a base de ruido y distorsiones. Como me gustaaaaa!!!
Pues eso, que va a ser gorda, muy gorda, asi q los que aún os lo pensáis dejad de hacerlo..., que ya tengo un poco de miedo (¿que será de nosotros? ¿seremos los mismos a nuestro regreso?)..., que no podía haber mejor compañía para disfrutar del ruido, ... y que llegue prontoooo el diaaaa!!!!
P.D.: OEOEOEOEOEOEEEEE!!!
Zuma, no es demasiado lo que se paga en la clásica. Los cachés para nada tienen que ver con los grandes ídolos del pop o de cualquier chico salido de OT.
Una coral con 170 voces y un compositor-director con todo una impresionante carrera que le avala, estudios musicales durante años que les hacen sacrificarse y rechazar cosas qeu a otros les está permitido...Una férrea disciplina que para nada está de acuerdo con el importe recibido...´
Jamás me dolerá el bolsillo por asistir a un espectáculo de esas características.
Veo que ya lo estás disfrutando...tambien cuando estés allí ...y el resto de tu vida recordarás aquella maravillosa noche de junio.
Un abrazo
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