miércoles, 27 de agosto de 2008

Viaje a la Toscana (1ª Parte)

Después de una semana y media de inabarcable volumen de trabajo, en la que no he tenido tiempo ni de respirar, he conseguido sacar unos minutos para comenzar el cuaderno de bitácora del mi viaje por Italia y la Toscana:

Todo empezó tras un ajetreado día en el aeropuerto. Supuestamente nuestro avión de Vueling salía a mediodía, pero una avería nos dejó esperando en la Terminal durante 4 horas y 50 minutos (10 minutos antes de las 5 horas de retraso obligatorias para reembolsar el billete), tiempo al que hay que sumar otros cuarenta minutos dentro del aparato. Visto lo visto esta semana pasada, si la espera sirvió para dejar el aparato en buenas condiciones, bienvenida sea.

Llegamos a Milán mucho más tarde de lo esperado, recogimos el coche (un Lancia Ypsilon muy cuco, pero incómodo de conducir) en la agencia de alquiler y pudimos comprobar, entre sudores fríos y por primera vez, las maravillosas prestaciones de la conducción popular italiana. La madre que los/as parió (y no añado más).

La ciudad de la moda y el glamour es enorme. Gigantesca, cara y vacía. Mucho más desabitada que Madrid en agosto. Y al contrario de lo que dice mucha gente, me pareció muy bonita. Tras una mañana paseando por el centro y viendo lo más típico, el Duomo, las galerías de Vittorio Emmanuele, las amplias avenidas de lujosas tiendas, tomamos rumbo a Florencia. Quedaba mucho viaje, y a Milán regresaríamos a la vuelta para disfrutarla un poco más.

Las dos terceras partes de los aproximadamente 300 kilómetros entre las dos ciudades, son de recta y buena autopista (Autopista del Sol) de 3 y 4 carriles, en las que todo vale. Los camiones a gran velocidad, rebasando a otros camiones, que a su vez rebasan a otros terceros….y tú en el medio intentando no ser aplastado. No puedes ir por tu carrilillo tranquilo no, porque la gente en vez de cambiarse de vía para adelantarte, te expulsa sin miramientos.

Consejo Zumaviajero: las gasolineras en Italia se anuncian en la carretera por marcas y precio. Ejemplo: Agip a 65 kilómetros (es la marca más barata), y es muy importante estar al loro, porque los precios pueden oscilar hasta en más de 10 céntimos por litro de un surtidor a otro. Además no hay trabajadores-gasolineros en el 90% de las carreteras nacionales, ni siquiera dentro de la tienda para cobrarte. Las máquinas automáticas en las que pagas no aceptan visa, sino tarjetas de chip Italianas y efectivo. Así que hay que llevar preparados los billetitos para evitar problemas.

Después de una parada a comer y a hacer un alto de un par de horas en Bolonia, que por cierto es una hermosa ciudad, llamada la Ciudad Roja por el color de sus tejados y fachadas (y por su larga tradición comunista). Tiene el segundo casco antiguo medieval más grande de Europa (me he enterado de este dato ya de vuelta en Madrid), y doy fe que probablemente la mejor heladería del país. Consejo Zumaviajero: Cremeria Siroco c/via Barelli, 1/C (aun sueño con ese sabor a pistacho).








La intención era probar los exquisitos manjares de Bolonia la Gorda por su excelente cocina, pero….Consejo Zumaviajero (a partir de ahora CZ): no intentes comer "nada" en un restaurante Italiano en verano después de las 15:30. Estarán todos cerrados.

La parte de autopista (90 km) que lleva de Bolonia a Florencia atraviesa los Apeninos, y es además de bonita, sumamente peligrosa, puesto que son todo subidas y bajadas pronunciadas, túneles, que junto a los miles de camiones que la utilizan, impiden que el conductor pueda distraerse ni un segundo a contemplar el maravilloso paisaje. Todo el trayecto de Milán a Florencia en peajes: Unos 20 Euretes. Merece la pena, puesto que volar a Milán es muchísimo más económico que a Florencia.

Es espectacular la vista de Florencia al atardecer. Hermosa, elegante, cosmopolita, rebosante de arte. Mucho más llena de gente que Milán (principalmente turistas). Tuvimos cierta suerte con el hostal, porque aparte de limpio, estaba en el centro. Un problemas gordo y caro el del aparcamiento, común a todas los pueblos y ciudades de Italia.




Que decir de esta bella ciudad que no se haya dicho. Si sois unos apasionados del arte renacentista, necesitareis una semana o más para ver todo. Si os gusta con reservas como a nosotros, y preferís perderos por las calles y mercados, daros algún homenaje gastronómico, y entrar únicamente a alguno de los museos típicos (la Galería Uffizi o la Galería de la Academia, al módico precio de 10 € cada una con colas, 14 € sin ellas), con dos días y medio es suficiente.

CZ: No perderse por nada del mundo un paseo nocturno por sus plazas y por la rivera del río, y la subida a la Iglesia y al Mirador de San Miniato al monte, uno de los templos más antiguos y hermosos de Florencia, y seguramente la mejor vista panorámica de la ciudad (sin apenas turistas).

Continuará....


1 comentario:

Oteaba Auer dijo...

Que placer ha sido leerte. Me encanta como relatas para hacernos partícipes de tus sensacions como si alli estuviéramos...Ha sido recordar lugares; pero claro, hacerlo en coche ocmo tu tiene que ser una gozada..
El tema de los precios de la gasolina y que no admitan visa me ha hecho gracia...Ellos son así de deliciosos...:)))
Besos