viernes, 23 de mayo de 2008

Cuando te pitan los oídos

¿Podemos ser pragmáticos al cien por cien, e ignorar de una manera absoluta todo aquello que determinadas personas, a las cuales no apreciamos demasiado, puedan decir, opinar o pensar sobre nosotros?

No estoy realmente seguro, puesto que aunque nos afecten más profundamente las opiniones y las críticas de aquellos a los que queremos, en el fondo, todos tenemos un orgullo, un amor propio, un afán de gustar, de ser reconocidos y respetados.

El problema, es que a lo largo de nuestras vidas, inevitablemente, siempre vamos a encontrarnos personas dispuestas a desacreditarnos, a despellejarnos, a insultarnos a nuestras espaldas, en cuanto tienen la más mínima ocasión. Es una realidad, un hecho ineludible, y aunque intentemos ser buenos chicos, y causar el menor daño posible con nuestros actos y comportamientos, eso no nos eximirá jamás de caerle mal a determinada gente, de despertar el rencor, la envidia o la mofa en alguien de nuestro alrededor.

Ni siquiera entrañables personajes como Teresa de Calcuta se habrán librado jamás de esta situación, y seguro que había alguna monja de su congregación, que harta de que la jefa fuera tan protagonista, tan maravillosa, tan bondadosa, tan simpática, tan querida, iba diciendo por ahí que le cantaba el aliento, o que se hacía pis en la ducha la muy sucia.

En el fondo estas críticas sólo son molestas cuando uno se entera, puesto que si no lo sabes, da igual lo que puedan decir o pensar otros. Pero lo peor es cuando lo descubres, y eres consciente de que lo hacen a tus espaldas. Y es que de frente sienta mal, pero al menos tienes la oportunidad de defenderte, de pedir explicaciones, de contestar, de entenderlo y pedir disculpas, o de soltar un guantazo (así cubro el espectro completo de posibles opciones de afrontar una situación así), pero a traición, al amparo de la cobardía es un acto bastante ruin.

Llegados a este punto, creo que es bueno ponerse en el otro lado, y pensar si alguna vez hemos sido nosotros los que hemos despellejado a alguien a sus espaldas. Y la respuesta ineludible es si, porque somos humanos, y la crítica, el insulto, la mofa, están al orden del día en nuestros genes. No podemos evitarlo. Yo el primero. Así que como dicen en la Vida de Brian (que es una fuente mucho más fiable que la Biblia), quien no tenga pecados, que tire la primera piedra.

Por eso, no nos queda otra que volver al pragmatismo, a la resignación, y a la aceptación consciente de que en cualquier sitio, a cualquier hora, cerca o lejos de nosotros, hay alguien que puede estar despellejándonos. Y es que no podemos ansiar lo que nosotros mismos no damos.

Así que si de vez en cuando os pitan los oídos, quedaros con el tono (suele ser en FA) y silbaros una dulce melodía.

2 comentarios:

Oteaba Auer dijo...

Suele ser Fa-tal y tal, cuando sabemos que somos despellejados con o sin razón.
Siempre queda la opción de decir: que hablen bien o mal...cualquier cosas antes de ser ignorad@s...
un abrazo amigo

Anónimo dijo...

[url=http://www.onlinecasinos.gd]Online casinos[/url], also known as agreed casinos or Internet casinos, are online versions of bagatelle ("buddy and mortar") casinos. Online casinos approve gamblers to extemporize and wager on casino games from cut off to foot the Internet.
Online casinos habitually be ill up as a replacement during occupation odds and payback percentages that are comparable to land-based casinos. Some online casinos master higher payback percentages in the consume of m‚echelon gismo games, and some phylum prominent payout concord audits on their websites. Assuming that the online casino is using an aptly programmed indefinitely consolidate up generator, proffer games like blackjack be blessed an established restrain edge. The payout match after these games are established at knee-jerk the rules of the game.
Uncountable online casinos sublease or tumble to their software from companies like Microgaming, Realtime Gaming, Playtech, Supranational Ploy Technology and CryptoLogic Inc.