Una mirada perdida, un pasado borroso, miles de sueños defraudados y un único sueño perenne que se aferra a su alma desdibujada por el tiempo y la soledad.
sábado, 9 de febrero de 2008
Volar, volar, volar...
Viejo de París rodeado de Palomas (Noviembre, 2007)
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3 comentarios:
" La mayoría de las gaviotas no se molesta en aprender sino las normas de vuelo más elementales: como ir y volver entre playa y comida.Para la mayoría de las gaviotas, no es volar lo que importa,sino comer.Para esta gaviota, sin embargo,no era comer lo que le importaba,sino volar.Más que nada en el mundo, Juan Slavador Gaviota amaba volar".
( Richard Bach )
Sé que nada que ver con las palomas pero,al leer el escrito me has recordado uno de mis libros favoritos desde que era peque. Gracias Zuma y disfruta de tus lunes al sol cual Juan Salvador disfrutaba del sol, del aire , del mar y sobre todo de sus vuelos en absoluta libertad.
Dicen que todos los humanos tenemos tres grandes fantasías: volar, ser invisibles y leer el pensamiento.
Los pensamientos ajenos me pueden llevar al dolor, a conocer verdades que serían más cómodas no afrontar. Sería una persona triste.
Ser invisible, puede utilizarse en mi contra. Sólo serviría para pervertirnos.
Me quedo con volar, igual que ese viejo de Paris. Sería una persona feliz.
Vosotros que preferís Zumadictos?
Abrazo,
Hola Circe. Has dado en el clavo
Juan Salvador Gaviota fue un libro que también me impactó mucho cuando lo leí de pequeño.
Lo he vuelto a leer recientemente, y dejando a un lado esa película de profunda religiosidad que lleva impregnada, sigue siendo un libro precioso.
Pensé en él cuando vi a este hombre en un parque de París, y cuando escribí esta entrada.
Hola Eva:
Yo también me quedo con volar.
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