Helicópteros retumban en mi mente,
relinchos, gritos y truenos,
llantos, golpes y flautas.
Ecos de una pesadilla que nada
en las turbias aguas de mi alma.
No hay cloro para eliminar la mugre,
no hay paños para secar los charcos,
no hay alcohol para desinfectar la herida.
Mi corazón es como un baño,
última puerta del fondo, a la izquierda.
Cada cosa que comienzo se destruye,
cada cosa que destruyo se muere,
cada cosa que mato me borra un poco.
Y aquí sigo creando y desapareciendo,
hasta que no me vea ni a mi mismo.
Hoy mi contaminación es acústica,
hoy mi contaminación es ambiental,
hoy mi contaminación es creativa.
Calentamiento emocional que derrite mi calma,
convertida en lágrimas que manan sin cesar.
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2 comentarios:
Genio y figura...imagino que aquel incidente con el ñumeba en medio del tráfico dibío inspirarte para éste...Amigo, siempre es un placer leerte...y siempre dejas ese resquicio que hace pensar...
Un abrazo
Días grises aquellos en los que no sé decidirme entre el atronador ruido de fuera o el silencio yermo de mi alma.
Pero como sabes siempre hay una canción, un amigo, un guiño, una foto, una sonrisa, o un abrazo que se lleva las cenizas.
Nos llegó tu abrazo a Salamanca desde el blog de la gatina.
Muchas gracias
Asha.
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