miércoles, 14 de noviembre de 2007

París puede esperar

Hoy mi intención era hablar del maravilloso viaje a París del que regresé hace apenas 48 horas. Pero la vida algunas veces te golpea con fuerza, ya sea a ti mismo o a alguno/a de tus seres más queridos.

Por eso, hoy quiero y debo dedicar este Blog entero a mí mejor amigo, casi mi hermano, que está pasando por uno de los peores tragos que en un momento u otro siempre te brinda la vida. Te lo debo pequeñajo.

Los dos somos iguales, ateos hasta la médula, pero sabemos lo más importante: que las personas a las que queremos perduran eternamente en nosotros mismos, en lo que somos, en nuestros recuerdos, en nuestros sueños y en nuestros corazones. Formarán parte de nosotros siempre.

El corazón de la madre es el único capital del sentimiento que nunca quiebra, y con el cual se puede contar siempre y en todo tiempo con toda seguridad.
Paolo Mantegazza

Con todo mi corazón te deseo mucho ánimo, y estoy a tu lado, como siempre, para lo que sea.

2 comentarios:

Torrente dijo...

Me sumo al homenaje... siempre estaremos para lo que quieras.. sabes que te queremos!!!

Unknown dijo...

Muchas gracias de todo corazón.

La vida es un suspiro... a veces.
Otras parece interminable. Nunca sabes qué desean tus seres queridos en cada momento y eso es más duro cuando se van. Piensas que es lo mejor, porque aún nos quedan reminiscencias católicas como la virtud de la sagrada resignación o la eterna culpa; es así de triste.

Lo único que es cierto es que tan sólo tienes el amor y la compañía de aquellos que te quieren y a los que quieres, pero el inconformismo nos hace querer más... ya lo dijo Zuma.

Y de ahí el gran mal de nuestra sociedad: el inconformismo te suele llevar a la soledad...
y no nos engañemos, la soledad está bien, un rato, sólo eso.

Por eso es necesario darte cuenta de vez en cuando quien está a tu lado y amarlo.

Os quiero chicos. Muchas gracias