-¿Hola Don Eufemismo, como está usted hoy?-
-Pues no estoy mal querida Honestidad, con mucho trabajo.-
- Claro, vivimos tiempos donde es muy necesaria su labor. El mensaje directo y la verdad sin tapujos son privilegios de un reducido número de personas.-
-Sí, cada vez son menos. Los sinceros, los honestos y las personas sin pelos en la lengua se pueden contar ya, con los dedos de la mano derecha de un carnicero ciego. Aun así, no llego a estar tan atareado como su marido, el señor Falsedad.-
- ¡Huy!, calla, calla, que cada día llega más tarde. Y yo ahí, cuidando de los niños, y de la casa sola.-
-Es verdad, señora Honestidad, no le he preguntado ¿Cómo están sus hijos, Verdad y Mentira?.-
-Pues Verdad se siente un poco aislado, porque como todos prefieren a Mentira. Le estamos llevando a un Psicólogo muy bueno, el Doctor Autoestima. Ya sabe, la gente encuentra más ingeniosa, más guapa y más recurrente a su hermana, y eso el pobre Verdad no lo lleva muy bien.-
-Extraños días que nos toca vivir. Bueno, la dejo a usted, que he quedado con Mister Hipocresía para jugar al Tenis, y con lo apretada que tiene la agenda, no puedo llegar tarde.-
-¡Corra, corra, Señor Eufemismo, y dele a Hipocresía su merecido!.-
-Así lo haré. Buenas tardes tenga usted.-
-Lo mismo digo, y dele un beso a la Señora Disfemismo de mi parte.
lunes, 3 de diciembre de 2007
Don Eufemismo y Doña Honestidad
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1 comentario:
Absolutamente genial. Me asombra la capacidad que despliegas en tu blog, no sólo en los textos, sino también en las fotografías. Son muy buenas.
Eres un pocito lleno, llenito de sorpresas. Continúa alegrándonos los días.
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