Cuando la tristeza y la injusticia de un mundo absurdo que no entendemos nos señalan, o caen sobre uno de los nuestros, no hay nada que podamos decir o hacer para sentirnos mejor. Únicamente llorar, gritar, golpear la pared hasta que nos duelan más las manos que nuestra propia alma desgarrada.
lunes, 7 de abril de 2008
Para Alberto
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1 comentario:
Alberto, nada se puede decir sobre algo así. Vienen a la mente muchas frases hechas que no aportan nada más que el desquite de decir algo. Pásalo como puedas, hazte sentir cerca de los tuyos (que es lo único que importa) y cuando vuelvas llámanos para pegarnos una juerga y mandar las miserias a tomar por culo
Gente como tú hay poca. Un besazo
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