lunes, 31 de diciembre de 2007

El repartidor de sueños

Lo prometido es deuda. Aquí os dejo el relato completo, y con él, os deseo un 2008 repleto de sueños, amor, ilusiónes y alegrias.

El repartidor de sueños

A pesar de tener una licenciatura en Ingeniería de Telecomunicaciones, Manuel es repartidor de propaganda. Ejerce esta profesión de manera metódica, y todos los días, al amanecer, se aposta en cualquier boca de metro de la ciudad, y no deja de distribuir pasquines hasta el anochecer, sin apenas descanso, ni siquiera para comer.

Lleva ya más de quince años haciéndolo, y sería imposible saber cuantas hojas publicitarias han pasado de sus encallecidas manos a las de miles de personas anónimas, que acuden a sus empleos o regresan a casa tras su jornada laboral.

Personas con sueños, con preocupaciones, con vidas distintas, con diferentes inquietudes, con buenos y malos empleos, con familias, casados, solteros, divorciados. Muchos que aceptan la publicidad con resignación, o que se muestran interesados y leen el mensaje impreso, y muchos otros que desestiman el ofrecimiento con una vaga disculpa, con un no rotundo, o en la mayoría de los casos con total indiferencia.

Es un trabajo duro y extenuante. Su piel está curtida por el frío y el calor, y sus dedos, ya siempre estarán marcados por una perenne capa de tinta de muchos colores, que no se quita ni frotando con disolventes, y por una infinidad de cortes producidos por los afilados cantos de las hojas que reparte.

Es un empleo precario, mal pagado, mecánico y sin futuro. Sin posibilidad de ascenso, de promoción, de aumentos salariales. Sin vacaciones, sin seguridad social, sin cotizaciones, sin pensión, sin paga extra y sin cesta de navidad.

Pero Manuel no ejerce esta profesión por placer, por gusto, o por necesidad. Lo hace por obligación. Porque es la mejor manera, o al menos la más óptima, que ha sabido encontrar a lo largo de su vida de transmitir su don, de universalizar su poder de una manera anónima, sin que nadie lo sepa, sin que nadie le haga preguntas

Todos los seres humanos tenemos un don, pero muy pocos llegan a descubrir el suyo propio, y menos aun son los que lo potencian, y lo utilizan en beneficio personal o colectivo. Así, muchos hombres y mujeres pueden correr muy rápido, o tienen habilidades curativas, o culinarias, o simplemente son trasmisores de suerte, o saben escuchar, o crear cosas bellas o útiles, o son extremadamente inteligentes, o simplemente pueden hacer felices a los que les rodean con una sonrisa o con una mirada.

Pero el don de Manuel es mucho más extraordinario, ya que es capaz, a través de un pequeño contacto físico, de un simple y leve roce de su piel con la de otro ser humano, de conseguir que alcance su sueño más anhelado, ese deseo que se arraiga en lo más profundo de todas las personas.

Así, a través de su trabajo, de manera sutil, sus yemas rozan a diario los dedos de miles de hombres y mujeres que sin saberlo, conseguirán alcanzar lo que más desean, lo que llevan esperando mucho tiempo, lo que simplemente creen que necesitan para ser felices.

Y Manuel sabe gracias a su poder, que las personas, generalmente tienen sueños de grandeza, de riquezas, de poder, de amor, pero que siempre el sueño más anhelante, el que les ronda por la cabeza, el que se aprieta a su estómago y les crea una profunda ansiedad acuciante, suele ser el más terrenal, porque casi nadie cree en las fantasías, en la suerte, o en la magia.

Por eso, alguien que aspira a riqueza, no suele desear realmente cincuenta millones de euros, sino que piensa y fija su deseo en un simple ascenso en la oficina, o en encontrar un comprador para su casa en venta, o quien anhela en secreto a su compañera de oficina, no piensa de verdad en amor incondicional y duradero, sino en una fría y caduca necesidad carnal, que siempre termina con un simple revolcón cargado de culpabilidad y desprovisto de futuro.

Los humanos somos seres terrenales, y aunque algunas veces soñemos en grandes quimeras de riquezas y triunfos, nuestros deseos se centran la mayoría del tiempo en cosas banales, superficiales, o incluso estúpidas, que creemos que nos harán felices, o simplemente que necesitamos desesperadamente.

Manuel ya no recuerda en que momento descubrió cual era su don. Al principio todos pensaban que era un tipo con suerte, una especie de talismán, de amuleto, que proporcionaba fortuna a todos los que le rodeaban, y tanto a su familia, como a sus amigos, no cesaban de pasarles cosas buenas, y cuanto más cerca de él estaban, cuanto más tiempo pasaban a su lado, mejor les iba en sus vidas, hasta que llegó el momento en que ya no sabía si estaban con él porque le querían, o simplemente por lo que sucedía cuando estaban cerca suyo. Y fue entonces cuando se aisló del mundo.

Poco a poco fue hilando todos los cabos sueltos, descubriendo su poder. Entendiendo los protocolos, y los medios a través de los que se propagaba su capacidad. Uniendo las piezas, asimilando la causa efecto que le hacía presentir los anhelos de las personas con sólo tocarlas. Entendiendo la verdadera naturaleza de la gente a través de sus deseos, de sus inquietudes más secretas.

Tristemente, la comprensión trajo consigo la dura realidad de asumir que ya nunca podría ser feliz. Sólo la alegría de hacer posibles los sueños de las personas le concedía pequeños momentos de paz. Y por eso, comenzó a explotar su don, a experimentar, hasta descubrir que no era necesario un contacto muy intenso, y que sólo con un roce, de piel a piel, bastaba para que su don se pusiera en marcha.

Y también, al poco tiempo, Manuel entendió que su don no siempre trae la felicidad a los que lo reciben, sufriendo cada vez que al rozar la mano de una persona, veía claramente en su mente, que esta sólo iba a conseguir una botella de vino barato para emborracharse, o que en vez de la soñada lotería primitiva millonaria, alguien lograría únicamente un montón de monedas en la máquina del bar de siempre, que en pocos días volverían multiplicadas a su lugar de origen dentro de la tragaperras.

Aun así, para él estos casos no son los peores, ya que la verdadera peligrosidad, el lado oscuro de su don, se encuentra en la cantidad de odio, venganza, rabia y desesperación que anida en el interior de las personas. Hay miles de seres humanos que no sueñan con cosas buenas y bellas, todo lo contrario, anhelan la venganza, el sufrimiento, o incluso la muerte.

Los hay que viven atormentados por la envidia, y únicamente desean la desgracia de su compañero de trabajo, o de su jefe, o de su vecina. Desgracias, enfermedades, accidentes, venganzas, envidias, la gama es realmente amplia. Tanto como la imaginación humana, e igual de terrenal y cruel.

Pero Manuel no puede controlar a quien entregar su don, porque sólo llega a saber el sueño de una persona a través de un contacto físico, y cuando este se produce, ya no hay marcha atrás, y el deseo se cumplirá pase lo que pase, haga lo que haga.

Lo comprende muy bien, porque al principio, cuando apenas conocía el alcance de su don, trató de impedir que muchos de estos sueños nocivos y vengativos se cumplieran, pero nunca lo logró. La muerte, la enfermedad, el desastre siempre alcanzaron sus objetivos. Nada ni nadie puede interponerse entre el destino marcado por el poder de su contacto, y esta realidad estuvo a punto de hacerle perder la cordura.

Así, un trágico invierno, cuando aun creía poder controlar la consumación de sus donaciones, tocó los dedos de un elegante ejecutivo, y comprendió instantáneamente, que su deseo era la muerte accidental de una compañera de trabajo, que le amenazaba con destruir su matrimonio contándole a su mujer la relación extramatrimonial que ambos habían tenido. Manuel vislumbró un incendio en un apartamento del centro, así que siguió al ejecutivo hasta su trabajo, le vio discutir acaloradamente con la misma mujer a la que deseaba la muerte, y fue tras ella, siguiéndola hasta su apartamento.

Allí apostado, pasó toda la tarde y toda la noche atento a cualquier rastro de humo, a cualquier olor a quemado, para intervenir y salvarla. Y en efecto, al amanecer, entumecido y muerto de frío, acurrucado en el zaguán, notó que algo estaba pasando en el interior de la casa. Cogió un extintor de la escalera, y tras varias patadas enérgicas en la puerta consiguió acceder a la vivienda, y apagar el comienzo de un incendio que se propagaba en una de las habitaciones, donde yacía la mujer ya muerta por una sobredosis de barbitúricos, y que se había dejado un cigarrillo encendido mientras le sobrevenía el sueño letal.

Ese día comprendió que era imposible interponerse entre el deseo concedido y su realización, y desde entonces, cada vez que alguien a quien toca, anhela la desgracia de otro, a pesar de que su alma se desgarra, sabe que no puede hacer nada, y que el azar le convierte en repartidor de alegrías, pero también de desgracias.

En estas ocasiones, Manuel piensa incluso en suicidarse, pero siempre que lo ha intentado, han aparecido ante sus ojos las caras felices de miles de personas a las que su don ha ayudado de verdad. Mujeres estériles que habían conseguido tras años de búsqueda tener un hijo, personas solitarias que encontraban un amigo de verdad, enfermos cuyo mayor anhelo era curarse y que lo conseguían, o incluso los que sólo necesitaban saber quienes eran, y encontrar un propósito en sus vidas. Personas que conseguían ser felices gracias a su poder, gracias a sus dedos, gracias a su contacto.

Y todas estas visiones, toda esta alegría acumulada, toda la esperanza y los sueños repartidos, siempre hacen que Manuel deseche la idea de matarse, y le impulsan a guardar el bote de pastillas, o a cerrar con una sonrisa la ventana de su apartamento, desde la que ha pensado muchas veces en saltar, cuando se ve superado por la responsabilidad de su don, o cuando le abruma la soledad de su labor.

Porque es cierto que vive en una perpetua soledad profunda y también buscada, ya que aunque sabe lo que es amar, y disfrutó en el pasado de algunas relaciones estables, estás nunca duraron demasiado. El continuo contacto físico con las personas, y por lo tanto, la entrega diaria y continua de todos y cada uno de sus sueños las cambiaba. Conseguían todo lo que querían, y se trasformaban, convirtiéndose en sombras de lo que fueron, perdiendo su profundidad, viviendo vidas vacías y sin objetivos.

Fue así como Carla, el amor de su juventud, con la que llegó incluso a casarse, perdió totalmente la cordura. Bella y dulce como ninguna, pasó de desear pequeñas cosas, como joyas, ropa, vehículos o casas, a anhelar una belleza perfecta, basada en operaciones estéticas, en tratamientos costosos que le eran concedidos, y le llegaban de muy diversas maneras gracias al mágico don de su marido. Todo parecía estar al alcance de su mano, deseando cada vez más y más, hasta que se volvió loca, pensando que era una diosa, que todo era posible, y echando a Manuel de su lado, que nunca supo nada más de ella.

Porque la vida es también deseo y necesidad, anhelos y sueños inalcanzables, y esto Manuel lo sabe muy bien. Por eso asume que siempre estará sólo. Y hace ya tiempo que se propuso racionar su don para evitar estos problemas. Un deseo por persona. Solo uno.

Este concepto es muy importante para él, porque a partir de este dogma, de esta regla inquebrantable, consiguió formularse un objetivo fundamental que diera sentido a su labor: Dar un deseo por persona hasta encontrar a una que verdaderamente albergara un sueño para todos, para toda la humanidad. Buscar a alguien que le ayudara a superar las limitaciones de su don, y que fuera capaz de soñar y anhelar la felicidad universal. Sólo entonces su labor estaría terminada, y podría descansar.

Por este fin último, por este magnífico objetivo, Manuel sabe que debe de continuar. Y por eso ya no flaquea cuando todas las madrugadas suena su despertador, indicándole que es la hora de ir a repartir sueños, que no puede tomarse el día libre en su labor de encontrar a ese ser único y libre de anhelos egoístas, que sueñe por todos y cada uno de los seres humanos.

Y no es que nunca se haya topado con personas altruistas y libres de todo egoísmo. Muchas veces las encuentra, a diario, y les concede sus deseos más íntimos, que beneficiarán a terceras personas y no a si mismos de manera directa. Pero al igual que un músico no sueña con crear la más bella de las melodías, sino que su anhelo más profundo suele estar más relacionado por ejemplo con la posesión de un Stradivarius, estas personas bondadosas, se conforman con una ayuda al prójimo más cercana, menos universal, más localista.

Por eso, aunque disfruta cuando da con una de estas personas, y sabe que ese día, gracias a sus sueños y a su don, alguien desesperado va a conseguir un trabajo, o una madre consumida va a superar una depresión, o los pobres de una parroquia van a dormir en un sitio con calefacción, y estas alegrías le impulsan a seguir, sabe que su labor debe continuar, que esas pequeñas e insignificantes alegrías, en comparación con la magnitud de los problemas de la humanidad, no bastan.

Así, incansable, día tras día, sólo y atormentado, Manuel sigue buscando. Sigue sufriendo y sigue disfrutando. Y seguirá repartiendo sus folletos, concediendo los deseos de los demás, hasta que encuentre a esa persona única que le ayude a completar su obra.

Sabe que es la búsqueda de una aguja en un pajar. Encontrar un alma realmente especial entre un millón de seres humanos, que viven, aman y sufren, sin saber que ese día van a toparse con el repartidor de sueños, que ese día su anhelo más intimo se hará realidad.

Por eso, te pido que no rechaces con indiferencia la hoja publicitaria que un desconocido te ofrezca cualquier día a la salida del metro. Porque puedes estar perdiendo una gran oportunidad de ser feliz, o de hacer feliz a tus seres queridos, o a toda la humanidad, si es que tú, eres esa persona que alberga en lo más profundo de su alma un sueño colectivo y universal de felicidad. Esa persona especial que Manuel, el repartidor de sueños, el repartidor de propaganda, sigue buscando en cualquier lugar de la ciudad, para poder por fin sentarse a descansar.

viernes, 21 de diciembre de 2007

¿Qué soy yo?

¿Qué soy yo?¿que eres tú?

Soy un miembro de la especie Homo Sapiens (o Cro-Magnon), que evolucionó de otros mamíferos hace 40.000 años atrás. Los mamíferos son animales, que son seres vivios, que a su vez son parte del universo. También podemos aceptar, que el Homo Sapiens, es un sistema inteligente compuesto de cuerpo y mente.

Si yo tengo mi cuerpo y mi mente, entonces ¿quién es "yo"?. Pues es la combinación de las dos partes. ""Yo" no se trata de una de las dos cosas por separado. El cuerpo necesita que lo dirijan para poder funcionar. Esas ordenes le son dadas por la mente, y ambos elementos juntos constituyen un sistema inteligente.

Hasta aquí es donde llega la filososfía. Algunas religiones se decantan por la teoría de que además de cuerpo y mente tenemos un alma.

¿Como afrontar esta pregunta? ¿qué creeis que sois vosotros?

Hagamos entre todos un pequeño debate...¿quién se anima?. Se admiten respuestas poco serias.

martes, 18 de diciembre de 2007

Frio

Jorge Javier, disfrutando del Orgullo 2007

Nota: Ante la petición de muchos de mis amigos/as, cuelgo esta foto. Y os pido que riaís lo que queraís, pero que no la utiliceis con fines perversos.

Hace frio, sensación a la que podría acostumbrarme, e incluso disfrutar, si no fuera extremadamente desagradable y estúpidamente molesta.
Odio llevar mucha ropa encima, y espero que esto no se entienda como una autoproclamación de exhibicionismo, pero el hecho de tener que andar como un sufrido Peter Weller dentro de su disfraz de RoboCop, por culpa de un exceso de carga, en forma de camiseta, sudadera/camisa (dependiendo de cómo se presente la agenda laboral), un jersey/americana (dependiendo de lo mismo), un abrigo, unos guantes y una bufanda, me parece algo increíblemente incómodo.
Y lo peor de ir hecho una bola de poliéster, falso algodón taiwanés, y otras fibras sintéticas, es que tienes que entrar en lugares cerrados, donde nunca han oído hablar del gasto energético, y donde parecen estar intentando en todo momento emular al mismísimo Belcebú alimentando sus calderas infernales. Deberían incluir la calefacción de las oficinas y centros de trabajo como un riesgo laboral de clase A. Así andamos todos, constipados y enfermos.
Probar a meter a vuestra mascota un ratillo en el frigorífico, otro ratillo bajo una manta eléctrica, así, sucesivas veces, y seguro que se muere. Pues eso es lo que tenemos que sufrir a diario en esta época invernal. Lo raro es que sobrevivamos a la primavera.
Coches que no arrancan, resbalones traicioneros por el hielo, tiritonas, constipados,….el frio extremo es una jodienda, y aunque ver nevar sea algo supuestamente muy bonito, ríete de la nieve cuando te pilla en mitad de la calle sin paraguas y sin guantes, o peor aún, dentro de tu viejo Citroën, en un puerto de montaña, justo cuando te acuerdas de aquel día que llevaste durante horas unas cadenas en el carrito del Carrefour, y decidiste desecharlas en el último momento.
Bueno, abrigaros todos/as mucho, que el frio, aunque molesto, es llevadero. Peor son las navidades, y las tenemos ya encima. Están acechando detrás de la puerta, para atraparnos, torturarnos y mutilarnos sin piedad. Por eso me recuerdan al cabrón de mi gato.


miércoles, 12 de diciembre de 2007

Corazonada

Rosa marchita en el Pompidour. París, Noviembre 2007.

Si las formulas habituales carecen de sentido,

y los reflejos del sol rebotan por doquier,

no busques respuesta en la física,

o en los caminos de la razón.

Indaga el significado en tus vísceras,

en el estómago y el corazón.

Es ahí donde pasan todas las cosas,

al menos las más importantes,

esas que te quitan el sueño,

esas que te marcan el son.

Flechas luminosas que guían tu camino,

y por las que no debes pedir perdón.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Extracto

<<...Así, a través de su trabajo, de manera sutil, sus yemas rozan a diario los dedos de miles de personas, de miles de hombres y mujeres que sin saberlo, conseguirán alcanzar lo que más desean, lo que llevan esperando mucho tiempo, lo que simplemente creen que necesitan para ser felices.
Y Manuel sabe, gracias a su poder, que las personas generalmente tienen sueños de grandeza, de riquezas, de poder, de amor, pero que siempre el sueño más anhelante, el que les ronda por la cabeza, el que se aprieta a su estómago y les crea una profunda ansiedad acuciante, suele ser el más terrenal, el más simple, porque casi nadie cree en las fantasías, en la suerte, o en la magia.
Por eso, alguien que aspira a obtener riquezas, no suele soñar realmente con cincuenta millones de euros, sino que piensa y fija su deseo en un simple ascenso en la oficina, o en encontrar un comprador para su casa en venta, o quien anhela en secreto a su compañera de oficina, no piensa de verdad en amor incondicional y duradero, sino en una fría y caduca necesidad carnal, que siempre termina con un simple revolcón cargado de culpabilidad y desprovisto de futuro.
Los humanos somos seres terrenales, y aunque algunas veces soñemos en grandes quimeras de riquezas y triunfos, nuestros deseos se centran la mayoría del tiempo en cosas banales, superficiales, o incluso estúpidas, que creemos que nos harán felices, o simplemente que necesitamos desesperadamente...>>
Extracto de un relato presentado a concurso, que publicaré en su totalidad cuando salga el fallo del jurado.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Don Eufemismo y Doña Honestidad

París. Noviembre, 2007.

-¿Hola Don Eufemismo, como está usted hoy?-
-Pues no estoy mal querida Honestidad, con mucho trabajo.-
- Claro, vivimos tiempos donde es muy necesaria su labor. El mensaje directo y la verdad sin tapujos son privilegios de un reducido número de personas.-
-Sí, cada vez son menos. Los sinceros, los honestos y las personas sin pelos en la lengua se pueden contar ya, con los dedos de la mano derecha de un carnicero ciego. Aun así, no llego a estar tan atareado como su marido, el señor Falsedad.-
- ¡Huy!, calla, calla, que cada día llega más tarde. Y yo ahí, cuidando de los niños, y de la casa sola.-
-Es verdad, señora Honestidad, no le he preguntado ¿Cómo están sus hijos, Verdad y Mentira?.-
-Pues Verdad se siente un poco aislado, porque como todos prefieren a Mentira. Le estamos llevando a un Psicólogo muy bueno, el Doctor Autoestima. Ya sabe, la gente encuentra más ingeniosa, más guapa y más recurrente a su hermana, y eso el pobre Verdad no lo lleva muy bien.-
-Extraños días que nos toca vivir. Bueno, la dejo a usted, que he quedado con Mister Hipocresía para jugar al Tenis, y con lo apretada que tiene la agenda, no puedo llegar tarde.-
-¡Corra, corra, Señor Eufemismo, y dele a Hipocresía su merecido!.-
-Así lo haré. Buenas tardes tenga usted.-
-Lo mismo digo, y dele un beso a la Señora Disfemismo de mi parte.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Vida

Cazando los segundos, uno por uno, hasta juntarlos en mi mano,
acaricio las horas para que se queden dormidas.

Alimentando los días para que regresen siempre hambrientos,
dibujo las semanas con un rotulador carioca de color rojo.

Doblando los meses para construir aviones de papel que vuelen sobre mi cabeza,
surco las estaciones en un barco de frio y calor, de flores y de hojas caídas.

Arropando los años con una manta tejida de sueños, alegrías y decepciones,
mezo las décadas entre brazos temblorosos que van perdiendo destreza.

Cantando a las vidas que fueron, son y serán,
siempre con una sonrisa congelada en los labios y en el tiempo.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Alegría

París. Noviembre, 2007.


¿Qué extraña materia que es la alegría? No podemos crearla, ni moldearla de la nada. Es una sustancia que te atrapa o no a su elección, en función de múltiples factores que se desarrollan a tu alrededor o dentro de ti, o en el interior de los que te rodean.

Si fuera posible manipular la alegría, con el humor, o con el cariño, o con las palabras, o con la música, o como hacen muchos, con estupefacientes, o gastando, o a través de cualquier cosa que nos haga felices...pero no, eso son simplemente variables inductoras. Algo así como si saliésemos con un largo palo de hierro al campo bajo una fuerte tormenta. ¿Nos caería un rayo? Puede, pero lo más probable es que no. Pues con la alegría pasa lo mismo.

Por eso, en días como hoy, en los que me siento muy contento (a pesar de que las circunstancias no invitan especialmente a ello), me veo en la obligación de recrearme en este estado de alegría permanente, que ningún escollo del día puede debilitar, y disfrutar así, de cada segundo, de cualquier cosa que se me cruce por el camino.

Y así, con una amplia sonrisa, y sin llegar a atisbar cuales son los factores que me hacen ser feliz en un lunes complicado como hoy, escribo esta entrada con la intención de contagiar en este Blog, una dosis de optimismo y de esperanza.
La alegría está por ahí, cerquita, y en cualquier momento os puede soltar una de sus maravillosas descargas.

Como he dicho antes, el humor y la música son sin duda buenos inductores de la alegría, así que, por si puede ayudar en algo, aquí dejo, para los y las que os dejais caer por este pequeño mundo mio de vez en cuando, el enlace al segundo programa de República Sonora....mucho más maduro que el anterior, y que espero os haga aflorar una gran sonrisa en vuestros bellos rostros:

http://www.newnoiseradio.com/

......y aquí dentro, además de República Sonora, podeis disfrutar de un buen puñado de buenos programas radiofónicos de muy diversos estilos.


Por último, y persistiendo en el objetivo de compartir mi alegría, voy a dejar unas frases de uno de mis escritores preferidos, que no es otro que el genial Terry Pratchet:

Dale fuego a un hombre y estará caliente un día, pero préndele fuego y estará caliente el resto de su vida.

Conozco a las personas que hablan de sufrir por el bien común. ¡Nunca son ellos, joder! Cuando oyes a un hombre gritar: ¡Adelante, bravos camaradas!, verás que siempre es el que está detrás de la jodida roca enorme, y el único que lleva el casco realmente a prueba de flechas.

Ocho años en la industria nuclear me han enseñado que cuando no hay nada que pueda ir mal y todo imprevisto ha sido considerado, entonces es el momento de comprar una casa en el continente de al lado.

La unidad de tiempo más corta del multiverso es el Segundo de Nueva York, que se define como el período de tiempo que hay entre cuando el semáforo se pone en verde y cuando el taxi que llevas detrás toca el claxon.

El problema de tener una mente abierta es que la gente insiste en entrar dentro y poner allí sus cosas.

La estupidez real siempre vence a la inteligencia artificial.

lunes, 19 de noviembre de 2007

París

Paris. Noviembre 2007.
Qué bonita es París. Una ciudad inabarcable y abierta, donde todo es a lo grande, incluidos el frio y los precios.
Es una ciudad para andar, para perderse, para pensar, para leer, para enamorarse, o incluso para morir congelado, eso sí, al menos, te irás al otro barrio contemplando unas vistas maravillosas.
Allí hemos visto museos, hemos subido y bajado sus calles y sus monumentos, nos hemos internado en sus tripas, desplazándonos en metro por toda su superficie. Hemos desayunado típicos croissants, comido escargots, merendado creppes, cenado bueuf bourguiñon. Pero también hemos recurrido a los típicos bocadillos caseros que abaratan los costos de cualquier viaje.
Un consejo. Es una ciudad muy cara. Que no os de miedo utilizar la picaresca española. Si os compráis la tarjeta de acceso a todos los museos de 48 horas, rellenad la fecha a lápiz, y así podréis utilizarla varios días. Merece la pena ahorrase unos euros, que luego te vas a gastar irremediablemente en cafés y cervezas.
Otro consejo, absteneros cuanto podáis de recurrir a esa vieja costumbre tan nuestra, y tan sana, que es criticar abiertamente y en voz en alto, pensando que no se nos entiende. Podéis, como nosotros, llevaros una desagradable sorpresa.
¿Con qué me quedo? Pues probablemente con el Museo Rodin, que me sorprendió muy gratamente. También el Pompidour.
¿Lo que menos me gustó? Que me pareció una ciudad con poca alma. Quizás es tan bonita que no la necesite, y sean ciudades más imperfectas como Madrid, las que se ven obligadas a construir ese espíritu, ese entorno especial que las hace bellas en su fealdad.
La compañía ha sido estupenda, y aprovecho para dar las gracias a H, al concejal D y a la concejala consorte N, por ser tan buenos compañeros de viaje.
Qué bonito es viajar, aunque sean sólo escapadas de dos o tres días.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

París puede esperar

Hoy mi intención era hablar del maravilloso viaje a París del que regresé hace apenas 48 horas. Pero la vida algunas veces te golpea con fuerza, ya sea a ti mismo o a alguno/a de tus seres más queridos.

Por eso, hoy quiero y debo dedicar este Blog entero a mí mejor amigo, casi mi hermano, que está pasando por uno de los peores tragos que en un momento u otro siempre te brinda la vida. Te lo debo pequeñajo.

Los dos somos iguales, ateos hasta la médula, pero sabemos lo más importante: que las personas a las que queremos perduran eternamente en nosotros mismos, en lo que somos, en nuestros recuerdos, en nuestros sueños y en nuestros corazones. Formarán parte de nosotros siempre.

El corazón de la madre es el único capital del sentimiento que nunca quiebra, y con el cual se puede contar siempre y en todo tiempo con toda seguridad.
Paolo Mantegazza

Con todo mi corazón te deseo mucho ánimo, y estoy a tu lado, como siempre, para lo que sea.

martes, 6 de noviembre de 2007

Pasan los días

Mirada de Lenin (Octubre 2007).

Me pongo en pie y sin saber a dónde voy, llego y me siento.
Me mantengo sentado, sin entender que estoy haciendo.
Me activo y sin saber a dónde he vuelto, llego y me acuesto.
Me duermo y sin recordar si he soñado, me despierto.
Me levanto y sin comprender dónde voy, aparezco allí de nuevo.
Me mantengo sentado, o me muevo, pero sin tratar de entenderlo.
Me incorporo y regreso, sin saber a dónde, pero aparezco en el medio.
Y así la vida pasa sin prisas, y solo es cuestión de tiempo.

miércoles, 31 de octubre de 2007

Mientras consumes te consumes

Mis piés. Octubre 2007

- Mamá, ¿Quién es más fuerte, papá o el tigre Frostis de Kellog´s?- preguntó Chechu a su madre, mientras esta pelaba afanosamente unas patatas con un ingenioso artilugio de Ikea.

- Tu padre es mucho más fuerte…- dijo la madre, añadiendo a su respuesta toda la sinceridad que pudo conjugar en su voz y en su mirada. Y echando los tubérculos pelados en su Magefesa ultrarrápida, añadió: - ¿Y sabes Chechu porqué tu padre es más fuerte que el primo de Zumosol?-.

- Si que lo sé. Papa es el más fuerte porque se come siempre todas las barritas de merluza del Capitán Pescanova, y se toma todos los días un Actimel y un Danacol- contestó Chechu rápidamente -.

La madre miró a su hijo con ternura, le besó en la cara, dejándole una marca de Gloss nº 3 de Max Factor en la mejilla, que rápidamente limpió con una hoja de papel súperabsorbente de Colhogar mojada con un poco de saliva (¿no odiabais a vuestras madres cuando hacian esto?), y le dijo a su retoño: - ¡Muy bien Chechu, te has ganado un Kinderbueno y un gran vaso de Puleva Calcio. Y en cuanto termines, vas a ir a jugar con tus Clicks de Playmobil, mientras mamá deja el suelo como los chorros del oro con Don Limpio-.

<< El énfasis en la frugalidad y en una vida sencilla no implica que la ética del medio ambiente desapruebe el placer, sino que los placeres que valora no provengan de un consumo exagerado>>
-Peter Singer-.

Enlaces para nostálgicos/as e infectados/as por el síndrome Peter Pan:

domingo, 28 de octubre de 2007

República Sonora


República Sonora ha nacido…..matando al médico que le dio la palmadita. Es un bebe entrañablemente cabrón, endemoniadamente ruidoso y hambriento. Irá creciendo y esperamos, puliéndose con el tiempo, guiado por dos tutores responsables y maduros, que pondrán lo mejor de sí mismos, para que este tierno engendro tenga alguna clase de porvenir.


Mi gran amigo Alberto, y aquí un servidor, estrenamos programa de radio on-line, que verá la luz mañana mismo, lunes 29 de Octubre. Está cargadito de buena música, y de auténticas tonterías de esas que solemos hacer e inventar los dos, para superar los momentos más duros de las siempre largas jornadas laborales. Simplemente, queremos haceros reír y pasar un buen rato. Con eso habrán merecido la pena las juergas que nos hemos pasado haciéndolo.

Si queréis escuchar República Sonora, o cualquiera de los otros espacios que forman parte de la maravillosa iniciativa que es NNR, sólo tenéis que seleccionar o descargaros los programas de la Web www.newnoiseradio.com .

Aprovecho para dar las gracias a Mary y a Kik, por apadrinarnos en este proyecto, y por ser tan majetes y comprensivos.

Prometeros a todos/as que haremos todo lo posible para evitar en el futuro las chapucillas técnicas derivadas de nuestra primera incursión en esto de la radio casera, y recordaros que cualquiera de los personajes de República Sonora que os parezcan fieles a la realidad son pura coincidencia.

Espero que os guste. Si no, ya sabéis.....no dejemos que la palabra hijodeputa desaparezca de nuestras vidas.

Un abrazo.

lunes, 22 de octubre de 2007

Un perro debajo del carro

Castrillo de los Polvazares (León), 2007.

Busco una respuesta. ¿Es libre el perro, que pudiendo ir a donde quiera, se queda a la sombra del viejo carro, esperando plato diario de comida que su amo le brinda?. ¿Es libre el trabajador que se ata a una subsistencia basada en los pequeños placeres y comodidades que nos brinda la modernidad y la sociedad de consumo, pero a cambio, renuncia a los que le brinda su condición humana y racional?¿Hacemos lo que realmente queremos, o lo correcto, o lo que necesitamos, o por el contrario vivimos en un bosque de mentira, tapados por los árboles de la manipulación cultural e informativa, por convencionalismos y miedos que crea la sociedad que nosotros mismos forjamos?

Quien más y quien menos, todos y todas hemos pensado alguna vez en cambiar nuestras vidas, en dar ese gran salto vital que nos dará la felicidad plena. Pero lo vamos postergando, y nunca nos decidimos, o al menos muy pocos lo hacen. Lo valoramos ese día que tras una hora y media para llegar a casa, después de otras diez encerrados en una oficina, nos descubrimos a nosotros mismos metiendo una pizza congelada en el horno, y enchufándonos a cualquier cosa banal y estúpida en la tele. Es sólo un ejemplo, pero hay más.

Tengo amigos que piensan el el gran cambio, cuando se descubren con treinta años, un viernes por la noche, llegando a casa solos y usando la llave con cuidado para no despertar a sus padres, y otros que lo piensan cuando hartos de esperar esa gran oportunidad, se dan cuenta de que les aguarda un futuro negro de contratos basura y pisos compartidos.

En esas ocasiones, y en otras muchas, nos preguntamos entonces que estamos haciendo mal. ¿Por qué no mandamos la parte de nuestras vidas que no nos satisface a tomar vientos y nos machamos a otro lugar, o hacemos lo que realmente no habría apetecido hacer, o cambiamos nuestra conducta, o nuestra rutina, o nuestra profesión, quien sabe si nuestro destino?.

Es dificil, lo sé: amigos, familia, dinero, pasados, presentes, futuros, dogmas, creencias, tabús, convencionalismos, rutinas, esperanzas, realidades, enfermedades, miedo, control, planificación, incertidumbre, pereza, conformismo, consejos, mimetismos, escusas, mentiras, guiones, valor, realismo o inconsciencia.

Siempre hay algo que nos impide saltar. O quizás sea la ausencia de algo la que frustra nuestros grandes planes. Pero al no poder dar ese paso, nosotros mismos nos estamos poniendo las cadenas ¿Somos entonces iguales que el perro que pudiendo ir a cualquier parte, se queda a la sombra del carro esperando su plato de comida?, ¿somos realmente libres?.


lunes, 15 de octubre de 2007

Cuestionario

Hoy tengo el "cerebro descargado”, pero se me ha ocurrido que puede ser interesante añadir algún dato más sobre mi mismo en este mi pequeño y humilde Blog, que estos últimos días tengo un poco abandonado.

No obstante, y como a sentenciado nuestro filósofo particular David Hasselhoff tras su última borrachera, <<…la recaída es parte de la terapia>>, un pequeño bajón en la fluidez de mis entradas es una parte más del compromiso adquirido conmigo mismo.

¿Que tipo tan profundo este David, verdad?

Bueno, a lo que íbamos. Voy a introducir un clásico cuestionario de preguntas personales interesantes o importantes, que responderé con absoluta sinceridad. Me gustaría que alguno/a de vosotros se lanzara también a contestarlo, y así, a partir de las respuestas, construiremos entre todos y todas una bonita experiencia de conocimiento mutuo.

¿Listos/as?:

  1. ¿Cuál ha sido el último sueño que recuerdas?:

El otro día soñé que viajaba otra vez a Noruega y esta vez si que veía a las ballenas.

  1. ¿Cuál es el último libro que no has podido terminar?

El Ulises de James Joyce. Imposible.

  1. ¿Cuál es el animal de compañía que nunca tendrías?

Un gato, y eso que tengo uno. Quizás por eso, Lenin se comporta como un perro o cree que lo es.

  1. ¿Cuál es la última película-bodrio que te avergüenzas de haberte tragado?

Liberad a Willy 2, que la pusieron el sábado por la mañana y no me apetecía ni levantarme a coger el mando. Pastelada infantil de Orcas y niños pedantes que hoy en día seguro que son drogadictos.

  1. ¿Cuál es tu disco preferido y a que solista o banda pertenece?

OK Computer de Radiohead.

  1. ¿Cuál es el primer disco/cassette que te compraste o adquiriste tu mismo/a?

"Introspective" de Pet Shop Boys. Tendría 12 años y lo compré con unos cheques regalo que le daban a mi padre por navidad para comprar discos y libros, y que repartía entre todos los miembros de la familia.

  1. ¿Has robado algo alguna vez? ¿Qué fue?

Si, alguna vez..Por ejemplo en Londres robaba El País y el Marca todos los días.

  1. ¿Si pudieras ser un personaje de ficción, quién te gustaría ser?

Sin dudarlo, Robin Hood.

  1. ¿Un póster o un cuadro que tengas puesto en tu casa, del que te sientas especialmente orgulloso/a, o simplemente que te guste?

Amo un póster antiguo de Blade Runner que tengo enmarcado en el salón.

  1. ¿Cuál es la última cosa que has cocinado o preparado?

Suena a coña, pero ayer hice un pan libanés que estaba de muerte. Y ahora me pondré con dos solomillitos de cerdo que me esperan en la nevera.

  1. ¿Cuál es tu sabor de helado preferido?

Pistacho

  1. ¿ Dúrex, Control u otra marca?

Dúrex

  1. ¿Te has enganchado a algún culebrón? ¿Cuál?
“Falcon Crest” y “Café con aroma de mujer” (un culebrón colombiano que era un auténtico master sobre el café)

¿Quien dijo miedo? Venga, lanzaros a la piscina.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Día de la Hispanidad

Central Park. New York, Junio 2007.

A las puertas de un maravilloso puente de tres días, y a costa de la celebración de ese manido y dudoso concepto que es la hispanidad, yo me pregunto si de verdad tenemos algo que festejar. ¿Saben muchos españoles que el Día de la Hispanidad se celebra el 12 de octubre, para conmemorar el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón?

La verdad es que en esta España siempre dividida en la que vivimos, me pregunto si los desfiles militares y la ostentación de una bandera, un himno y un Jefe de Estado que no representan a gran parte de la población, sea la manera de celebrar el singular descubrimiento del ilustre marinero y mercenario genovés. Que no castellano-leonés, ni aragonés, ni navarro.

Según la enciclopedia por antonomasia de la red (la wikipedia), la Hispanidad es la comunidad formada por todas las gentes y naciones que comparten una lengua y cultura hispánicas. Las 23 naciones que en ella se incluyen son todas hispanohablantes salvo Filipinas, pudiendo clasificarse en cuatro áreas geográficas: España, Latinoamérica hispánica (Hispanoamérica), África hispánica y, por último, se podría incluir la hispano-pacífica.

En el fondo, a la mayoría de la gente le da igual. Lo que importa realmente es que no hay que ir a trabajar, pero sinceramente, a mí me volverán a molestar el vuelo de los cazas por encima de mi casa (con grandes riesgos de caer sobre mi tejado), las cintas decorativas pintadas con una bandera de sólo dos colores, o la hipocresía y el oportunismo de los medios de comunicación en relación a la armonía y a la solidaridad entre los pueblos hispanos y la “madre” España.

Para mí es el día del “olvido sonrisas”. Olvidemos con una sonrisa siglos de historia de exterminio, colonialismo, explotación, racismo y festival de la OTI con nuestros “hermanos de lengua impuesta”, a los que con ese gracejo y sensibilidad que nos caracteriza, hoy llamamos panchitos, o payo-ponys. Olvidemos con alegría que varias generaciones de ciudadanos españoles no podamos sentir ninguna emoción (o al menos ninguna positiva) ante los símbolos de nuestro Estado. Olvidemos que es un día de homenaje a unas fuerzas armadas profesionales, que no consiguen efectivos suficientes para sus cuarteles, y que están entregando armas a soldados con coeficientes intelectuales y perfiles psicológicos limitados, a través de la creación de puestos de trabajo absolutamente precarios.

Por lo menos, la inmensa mayoría, yo incluido, no tendremos que olvidar nada, simplemente sonreír y ser felices, porque lo único importante y que merece la pena de esta nuestra fiesta nacional, es que no hay que ir a trabajar y que podemos amodorrarnos un rato más en la cama. Eso, si no nos despiertan los cazas y las fanfarrias.


sábado, 6 de octubre de 2007

La historia de un gilipollas

Aceite, madera y agua. Septiembre 2007.


<<Toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible.>>

Italo Calvino.

Nota: Mentiría si dijera que los personajes de esta historia no están basados en las vidas de personas reales. Existen, aunque con nombres y descripciones distintas.

A finales de 1999, corrían en boca de todo el mundo mil y una habladurías sobre lo que vino a llamarse efecto 2000. Unos decían que el mundo se iba a volver loco, otros que la economía del planeta se colapsaría y dejarían de funcionar los suministros eléctricos, y en definitiva, que las plagas de Egipto comparadas con las desgracias que se preveían, pasarían a la historia como un juego de niños.

Y la verdad es que no ocurrió nada. Todo se olvido a los pocos días. En cuanto la historia dejó de ser complemento de relleno de actualidad de los periódicos y los telediarios, y a nadie pareció cambiarle la vida, el mundo siguió girando exactamente igual, viento en popa para unos pocos, lentamente para muchos. Entre estos últimos estaba yo.

Para contar esta historia, he de remontarme al verano de 1996. A mi pesar, en un agónico examen de Derecho Civil, en sexta y última convocatoria y después de siete largos años de feliz vida universitaria, había conseguido terminar la carrera de Derecho en la Universidad de Granada.

Digo a mí pesar, porque fue un ultimátum de mi padre, cansado de subvencionarme una vida de fiestas, cachondeo y libertinaje, a cambio de suspensos y decepciones, el que me obligo a ponerme las pilas, amenazado con el corte del suministro de la tarjeta de crédito.

Mi padre siempre fue un currante. Empezó de mecánico en un pequeño taller de Córdoba, y consiguió, tras largos años de esfuerzo y manchas de grasa, hacerse un lugar en el lucrativo campo del mundo del automóvil, llegando a dirigir uno de los concesionarios de compraventa de coches de segunda mano más importantes de la provincia, convirtiéndose así, de la noche a la mañana, en lo que popularmente se conoce como un nuevo rico.

Pasó de conducir un humilde Seat 127 con el que iba a buscar a mi madre los viernes al salir del taller, a pasearse en un enorme Mercedes blanco que era la envidia del barrio. Lo único que no ha cambiado nunca en el negocio familiar son los calendarios de mujeres de pechos desorbitados proliferando por las paredes.

Ni siquiera recuerdo como era la vida en el pequeño piso de la calle Jara, y todos los recuerdos de mi niñez, ya están enmarcados en el chalet del barrio pudiente de las Jaras, en la piscina y en el colegio de pago.

El caso es que después de mi último examen tuve que volver a casa, abandonar el piso compartido de Granada, despedirme de los amigotes de correrías, y de un par de novietas circunstanciales, y disponerme a encontrar un buen trabajo o en su defecto incorporarme a la empresa familiar, que por descontado, no me atraía nada.

Por un contacto de uno de los clientes de mi padre entre a trabajar con un contrato de practicas en un bufete prestigioso de Córdoba, con la sincera intención de realizar la pasantía, obligatoria para colegiarme y ejercer así una profesión, la abogacía, que nunca me gustó demasiado. Como más tarde narraré, siempre fui más candidato a parte contratante en la relación laboral abogado-cliente, pero eso es adelantar acontecimientos.

Como era de esperar, no me fue demasiado bien en esta mi primera experiencia laboral. He de reconocer que mi falta de apego a madrugar y mi ego desmesurado, agravado por mi apego enfermizo por los trajes y los lujos caros (nunca aceptaron que un becario vistiera mejor que los jefes), fueron causas de peso en este fracaso.

Ahora, con el paso del tiempo, puedo afirmar que me comporté como un gilipollas, y me avergüenzo de haberme sentido orgulloso el día que me planté delante del director general, y le enumeré sin miramientos todas y cada una de las razones por las que me sentía explotado, infravalorado, e incluso insultado, en su mierda de bufete.

Mi padre, aunque algo abochornado tras una larga charla telefónica con su cliente, seguía pensando que eran cosas de la edad, y como buen padre que siempre ha sido, decidió que la mejor solución era sacar algo de beneficio a su inversión en la formación universitaria de su primogénito, y me hizo un sitio en la empresa familiar.

Al fin y al cabo, llegaría el día en que todo el negocio pasaría a mis manos.

(Continuará)…….

martes, 2 de octubre de 2007

El Cuento de los Cerebros Recargables

Cala Pilar (Menorca, Agosto 2007).
Hoy no sé muy bien sobre qué escribir. Hay veces que me pongo frente a este Blog, y enseguida se exactamente lo que quiero poner. Pero ahora mismo, con este recuadro en blanco ahí retándome, mirándome fríamente, me encuentro desarmado, desvalido, inoperante.
Sé que tengo que hacerlo, que me lo debo a mi mismo. El reto de avanzar, de expresarme, de ir añadiendo historias, pensamientos, sentimientos y confesiones con cierta periodicidad, me gusta, pero algunas veces aparece mi yo vago, mi versión cómoda, y no puedo retroceder, ni confiarme.
Y a pesar de que no puedo escaquearme, de que lo intento con todas mis fuerzas, hoy no se me ocurre ningún cuento, comentario, observación filosófica o crítica social. Hoy no tengo la necesidad de expresar nada interesante. Y aun así me invade la ansiedad de poder escribir algo que merezca la pena.
¿Qué poner? ¿Sobre qué hablar cuando no te apetece decir nada? Podría copiar algo de por ahí, alguna cosa que quede bonita, algún poema que me guste, alguna letra de canción. Esas cosas siempre quedan bien. Pero estoy en blanco, y no me apetece buscar.
¿Y si rescato alguno de mis cuentos antiguos? No, eso sería como hacer trampas. No debo coger el camino fácil, no con este blog. Piensa Jorge, piensa…….Dios, hay días que estoy como tonto. Sin ideas, con el cerebro frito. Pero siempre hay algo que decir, algo que me haya pasado hoy sobre lo que escribir. No. Nada. No sale.
Es como cuando tienes una necesidad terrible de hacer pis, pero justo cuando consigues llegar al baño, no te sale. Y sabes que te están esperando, que estás formando una cola de futuros meones, que se impacientan porque no escuchan ningún chorrito que indique que pronto llegará su turno.
Pues esto igual, pero no quiero esperar a mañana, porque si la sequía es duradera, empezaré a defraudarme a mí mismo con este Blog, que se ha convertido en una salida para escribir lo que me apetece, lo que me da la gana, y no lo que me mandan otros, aunque hoy no se me ocurra que poner.
Quizás sea eso. ¿Mi cerebro tendrá un límite diario, semanal o mensual de escribir letras, palabras, frases, líneas, párrafos, páginas o capítulos? Eso estaría bien, ¿os imagináis? ¿Cómo se recargarían entonces los cerebros? ¿Durmiendo?¿Descansando?¿Viviendo?....No, ya lo sé, si se descargan escribiendo, se tendrán que recargar leyendo.
Mira, algo es algo. Por lo menos hay un párrafo interesante. Una pequeña historia que podríamos llamar el Cuento de los Cerebros Recargables. Aun así, prometo leer bastante antes de actualizar la próxima entrada. Nunca se sabe, dicen que algunas veces los cuentos pueden hacerse realidad.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Vacío


Hay días que uno se siente vacío. Ni alegre, ni triste, ni enfadado, ni frustrado, ni contento, ni cansado. Simplemente vacío. Es una mezcla peligrosa de apatía y resignación, de saber que hay algo que falla, o que falta, pero sin llegar a entender bien que es, o si dicha ausencia es buena o es mala.

Es algo así como un hueco en el estómago, ya que para mi, ahí es donde se encuentran los sentimientos que algunos atribuyen al alma. Hay gente que le duelen los huesos, o tiene migrañas en la cabeza, los hay cardiacos, o nefrólogos, o incluso genitales. En mi caso, todo lo que me afecta, lo noto en el estómago. Quizá tengo menos glamour que una persona rinolaringóloga, pero así me libro de la sinusitis por estrés.

Pues como decía, cuando estoy vacío, noto un hueco en el estómago, y no tiene nada que ver con el hambre. Y quizás tenga que ver con la impresión de que me han robado una semana. Ayer era domingo y mañana es viernes. O puede que tenga que ver con la perdida, una vez más, del control de mi vida, que tanto me había costado alcanzar durante las vacaciones.

No lo sé, pero no me gustan las cosas vacías. Las prefiero llenas, aunque sean de algo malo, o sucio, o triste, de penas, o de rabia. Por lo menos así obtienes respuestas y corriges errores. Lo bueno del vacío es que el remedio aparece cuando menos te lo esperas…..quizás simplemente dormir, o un beso, o escribir en este Blog, o una canción, sean lo que necesito para llenar este hueco.

martes, 25 de septiembre de 2007

Noche en blanco (literalmente) y el Taxista Franquista.

Margarita e insecto. Aldea del Fresno, Madrid. 2007.

La sobredimensionada Noche en Blanco Madrileña, se quedó en eso, simplemente en una noche en blanco en la que miles de ciudadanos no dormimos, pero tampoco pudimos hacer, ni ver, absolutamente nada de lo que teníamos planeado.

Sin embargo, la cosa parecía empezar bien, y los conciertos del Pura Vida, que comenzaron a las 16:00 (que grandes son Second) y la tradicional visita a las Fiestas del Partido Comunista, con una buena actuación de los Orishas tras un parón de media hora por la lluvia torrencial, fueron lo único aceptable del día.

Eso fue todo. Si nos hubiéramos quedado en las fiestas, o nos hubiéramos marchado a casa en ese momento, nos habríamos ahorrado un montón de esperas, colas, avalanchas, y decepciones que pasaré a narrar a continuación.

Fue premonitorio, que al llegar a la estación de metro de Plaza de España, a la 1:30 de la mañana, para ver el montaje de luces del Edificio España, no funcionara ninguna de las tres escaleras mecánicas para subir al exterior, y nos encontráramos así con las primeras colas y empujones de la noche, sólo para salir del metro. Una vez fuera, pues decepción: el edificio España estaba iluminado sí, pero con luces normales, y cientos de personas se agolpaban con las cabezas levantadas, y haciendo pasar rumores de unos a otros sobre si los tonos cambiaban cada cierto tiempo. Y en efecto cambiaban, y cada ventana se iluminaba de un color diferente, pero sin formar figuras, ni mosaicos, ni nada.

A continuación corrimos decididos a coger una de las maravillosas líneas de autobuses que el Ayuntamiento y nuestro alcalde y faraón, Alberto Ruiz-Gallardón, habían habilitado para “que todos los ciudadanos utilicen el trasporte público en La Noche en Blanco”, ya que el Metro (para sorpresa de todos) cerró a su hora habitual. Pasaron sin detenerse (repletos de gente apiñada como sardinas) hasta ocho vehículos de la famosa Línea 3 (la más buscada de la noche), y decenas de ciudadanos, que teníamos como destino el Matadero Madrid, empezamos a tomar contacto con la realidad de un evento con una pésima o nula organización.

Andar, andar, andar y andar, más autobuses llenos que no paraban, imposibilidad de encontrar un taxi vacío. Nuestro caminar nos llevó desde Plaza de España hasta Puerta de Toledo. Por el camino, vimos las colas brutales que se montaron en la puerta del Palacio Real, donde gentes de todas las edades parecían dormitar en una línea interminable. Y por fin, dos horas después, un taxi, para llegar a Matadero pasadas las 3:30, y allí la ignominia…era un macro-botellón lleno de gente y disturbios. Pudimos entrar, tras una avalancha, al escenario de Myspace, donde seis pintamonas mexicanos subidos al carro de la movida madrileña, desgranaban lo mejor de sus cantos desafinados, de sus ritmos tecno sin ecualizar, y de sus malos disfraces Mcnamarianos. Como era de prever, la cosa acabó en tragedia, y además de jodérseles el sonido, ciertos sectores del público, más drogados aun que los músicos, terminaron entablando una guerra de objetos lanzados con saña asesina. Puro arte vamos, cultura de calidad de la buena.

En los jardines del recinto, peña bebiendo y tocando los bongos o improvisando capoeiras, vamos, lo de todos los días en cualquier parque madrileño, pero esta vez, en la supuestamente original y multicultural Noche en Blanco. Unos malísimos ultra-cortos proyectados, aderezados con las intervenciones de espontáneos borrachos, que salían a la pantalla a comentar la jugada y conseguir sus minutos de gloria de la noche. Fin de la historia. Desalojaron dos horas antes de lo previsto.

Nada más. Gente que se marchaba hacia sus casas, cansados y con las cabezas gachas, comentando sus propias batallas y decepciones, y nosotros que conseguimos coger un Taxi, maldita la hora. Nos paró uno “un poco de derechas”, de esos que les encanta hablar, quiera el cliente o no, y que nos deleitó los oídos con su teoría sobre las libertades individuales, sobre las malditas limitaciones de la velocidad, del alcohol y del tabaco, que terminaron con el consabido comentario de <<..yo soy liberal, pero en ocasiones, echo de menos a Franco>>, y que para colmo de males, se confundió de camino y nos dio un rodeo importante, pidiendo disculpas, pero cobrando lo mismo. Todo un showman.

Visto lo visto, y dada la dudosa calidad de muchos de los eventos, la performance del Taxista Franquista (como bien dijo una amiga, suena a título de película de terror de serie Z), podría haberse incluido sin problemas dentro del programa de La Noche en Blanco, aunque entonces, nadie habría podido verla.

El año que viene me quedo en casa.

viernes, 14 de septiembre de 2007

El bueno de Tod


Tod avanza por la calle como un barco que se abre paso por entre las placas de hielo de la Antártida. Su cuerpo va marcando una implacable línea recta, y sin pretenderlo, de manera natural, casi mágica, la gente, los coches, el mobiliario urbano, se recolocan a su paso, creando un inconsciente sendero libre, sin obstáculos a su alrededor.

Como un nuevo Moisés abriendo las aguas del Mar Rojo, la urbe se abre a su caminar y nada le detiene, los semáforos se ponen en verde automáticamente, los andamios crecen para que no tenga que agacharse, los adoquines se aprietan rellenando los huecos que puedan hacerle tropezar, y la ciudad entera se adapta a su ritmo, de manera que Tod sólo tiene que pasear tranquilamente, en dirección a su destino.

Nada le perturba, ni siquiera el bullicio, y el caminar de Tod es acompañado por un silencio pacificador, que doblega el ruido a su voluntad, y lo obliga a esconderse cobarde hasta un buen rato después de que Tod haya pasado. Nada, ni motores de coches, ni voces, ni golpes de herramientas, sólo silencio.

El bueno de Tod no llega nunca tarde a sus citas, y su fuerte sentido de la responsabilidad nunca le permitió faltar a su trabajo. Ni la lluvia, ni la nieve, ni los atascos, ni la enfermedad le impiden cumplir con su empleo. Una profesión sin vacaciones, sin festivos, sin bajas laborales, y sin jubilación anticipada. Pero en definitiva es un empleo, ni mejor ni peor que los demás.

Se para delante de un viejo edificio de viviendas, y mirando su reloj de muñeca suizo, Tod comprueba que aun le faltan unos minutos, así que se detiene, y aprovecha para consultar su vieja y manida agenda con tapas de cuero, donde tiene anotada con total minuciosidad su ruta diaria. El número 56, 2º B. Entra en el portal, y la portera que está fregando, apenas si repara en un extraño que pasa por su lado, aunque se pregunta cómo se habrá secado tan rápido una línea entera de baldosas en dirección a la escalera.

La puerta del 2º B está abierta, y Tod entra sin llamar. Uno de los privilegios de su cargo. Avanza por el pasillo, hasta el salón. Allí está Matías, un anciano que vestido con un batín de lana roja, acaricia un gato blanco que se acurruca en su regazo.

Situándose entre el anciano y la televisión encendida, Tod abre su maletín, saca unos documentos, y se los tiende, junto con una pluma estilográfica con empuñadura de marfil. Matías recoge los papeles, sella su firma en los documentos y se los devuelve al extraño visitante, que los guarda de nuevo en su portafolio, y posando una mano sobre la cabeza del anciano, susurra unas palabras a su oído. Palabras escuchadas por muchos otros antes que él.

Los periódicos del día y los programas sensacionalistas se hacen eco del nuevo caso de muerte en soledad de un anciano en su piso de Madrid. La portera del inmueble, dio el aviso al servicio de emergencias, al notar fuertes olores en el patio, que provenían del interior del habitáculo. M.R.S de 86 años de edad, era viudo y no tenía hijos. <<…una de las lacras de la sociedad moderna es la soledad, sobre todo para las personas mayores.>>, añade un tertuliano en un conocido programa matinal.

martes, 11 de septiembre de 2007

Inconformismo

Piedras de Cala Pilar (Menorca 2007).


Quien no sabe lo que tiene, y lo valora en su justa medida, nunca podrá llegar a ser feliz. Es un hecho que nunca valoramos suficiente lo que tenemos en cada momento.

Yo mismo soñaba con un trabajo que me proporcionara gratificantes retos intelectuales, responsabilidad, un camino en el que progresar y aprovechar mi formación y mis capacidades, y un mejor sueldo. Y en esas estoy, tengo todas esas cosas en mayor o menor grado, pero echo en falta tiempo para mi mismo, para hacer cosas, para rescatar mi casi ni estrenada caja de óleos, para quitarle el polvo a mi guitarra, para jugar un partido de basket, para dedicarle un rato a los amigos, para escribir en este Blog…..y eso era lo único que sí tenía en mi anterior empleo, tiempo.

Y como ahora no lo tengo, cuando me ofusco, tiraría a la basura todos los bonitos objetivos alcanzados, con tal de contar con un par de tardes a la semana para mis cosas. Pues eso mismo podemos aplicarlo a todas las situaciones de la vida. Pero conseguirlo todo, el equilibrio perfecto, el trabajo perfecto, el amor perfecto, la vida perfecta, es algo imposible, o al alcance de muy pocos.

Pensamos que siempre se puede mejorar, creemos que hay una opción de vida que nos hará más felices, o simplemente nos aburrimos de la actual….y no aprovechamos ni vivimos plenamente cada experiencia presente pensando ya en el cambio.

Que contrariedad. Somos cantos rodados que se mueven al son de lo que ordenan las tempestades de nuestro inconformismo.

martes, 4 de septiembre de 2007

La llamada de Nadia

Nadia tiene dos opciones. Descolgar el teléfono y marcar el número apuntado con lápiz en una servilleta, o seguir torturándose durante toda la tarde, pendiente de una poco probable llamada que parece no llegar nunca.

Tras varios minutos se arma de valor y toma una decisión. Coge su inalámbrico y pulsa el botón para obtener línea, marca los tres primeros números y cuelga. Las dudas la corroen, el miedo al fracaso, al rechazo y a la vergüenza la atenazan.

Vuelve a repetir la operación y esta vez consigue pulsar cinco números antes de echarse para atrás. Decide hacerse un café y meditarlo bien. No ha dormido nada en toda la noche, y necesita despejarse. Además, así ganará tiempo por si él decide llamar. Aunque está segura de que es algo muy poco probable.

Mientras el café sube, inundando la cocina con su suave aroma, el teléfono suena. Nadia, alterada, corre rauda a la llamada, salta por encima de su gato Carpanta, se da un doloroso golpe en el dedo meñique del pie con la mesita del salón, hace un carraspeo para aclarar su voz y tomar aliento, y contesta con el mejor tono de falsa naturalidad que es capaz de improvisar.

Al otro lado, una voz humana con marcado carácter metálico y acento sureño le dice que llama de Orange y le pregunta si es la titular de la línea. Nadia defraudada y frustrada cuelga el teléfono. Casi se le saltan las lágrimas. Lo está pasando muy mal, y las falsas expectativas la han puesto al borde de un ataque de ansiedad.

Nadia se pone una taza de café y se enciende un cigarrillo. Se sienta en el sofá mientras se masajea el meñique dolorido. Acaricia a Carpanta, que inoportuno y egoísta como son todos los gatos, decide que justo ahora no quiere ningún tipo de cariño de su dueña, y se marcha corriendo a la cocina.

El teléfono suena de nuevo y Nadia retiene su emoción. No quiere sufrir una nueva decepción. Por eso, se enjuaga las lágrimas, espera un par de tonos más y con serenidad y aplomo contesta a la llamada.

¿Quién creéis que será en esta ocasión? o ¿como os gustaría que terminara esta historia? Se admiten sugerencias.

Un abrazo a todos/as.

viernes, 31 de agosto de 2007

Fiestas de Sant Bartomeu








Si una imagen vale más que mil palabras, aquí debe de haber más de cuatro mil...¿no?


miércoles, 29 de agosto de 2007

Un nuevo comienzo

Jaleo de Ferreries (Menorca) Agosto 2007


Volver de vacaciones es una experiencia difícil, que dependiendo del momento de la vida por el que estemos pasando, puede generar muy distintas emociones.

Cuando estás en edad escolar, y salvo algunas excepciones, es un momento genial: nuevos libros y material escolar, volver a encontrarse con los/as compañeros/as del colegio, etc... Esta excitación sólo dura unos pocos días, y cuando se pasa el espejismo de los corticoles, del chico pijo nuevo que a todos cae como el culo, de la nueva chica rubia preciosa que sabes que jamás se dignará a dirigirte la mirada y del repetidor macarra que enseguida intuyes que no ayudará demasiado a mejorar tu calidad de vida escolar, te sientes engañado y estafado por las falsas y efímeras expectativas.

Por eso en la universidad ya estás escarmentado, y en la vida laboral el retorno puede ser un auténtico infierno….por el que estoy pasando en estos mismos momentos.

Pero dejando a un lado el estrés post-vacacional, la verdad es que han sido unas buenas vacaciones, menos espectaculares que en otras ocasiones, pero marcadas por un fuerte carácter de excesos. A las fiestas de Castrocontrigo, hay que sumar la de mi cumpleaños en las Vistillas, y las juergas de los jaleos de Ferrerias (Menorca), donde la “Pomada” (bebida oficial menorquina compuesta de Gin Xoriguer y de limón) corrió cual riada primaveral.

Ni que decir que un año más aluciné con estas tradicionales fiestas menorquinas, con sus caballos, sus caixers, su alegría, sus avellanas, su comida, y la simpatía de todos/as de los habitantes de la isla, y aunque con más precaución que en otros años, volví a entrar a la plaza a jalear y a “tocar” a los corceles, siempre guiado por Paco, un auténtico experto de las juergas de su isla.

Gracias Toni, Ana, Marina, Irene, Paco y compañía, siempre nos hacéis sentirnos como en casa.

Y así, un año más llegó Septiembre, y con el fin del periodo estival, también es el momento de pensar en nuevos proyectos y planes de futuro…pero esa será otra historia.


lunes, 13 de agosto de 2007

Treinta años



Treinta años aprendindo a vivir, a leer, a disfrutar de la música, a hacer bien mi trabajo, a dar y recibir cariño, a respetar a los demas, a enfadarme y desenfadarme, a caerme y a levantarme, a empezar nuevos proyectos, a sobrevivir, a alimentarme, a divertirme, a respirar, a esforzarme, a odiar y a amar, a perdonar y a pedir perdón, a pensar por mi mismo. Treinta años seleccionando a mis amigos, elegiendo buenos y malos caminos, acertando y equivocándome a partes iguales.

Seguro que no cambiaría nada de lo que he hecho, todo me sirve, todo me ha convertido en lo que soy, para bien o para mal, y no quiero renunciar a ninguna de mis vivencias. Son parte de mi, de mi memoria, de mis recuerdos.

Gracias a todos y a todas los que habeís participado, en mayor o menor grado, de estos 30 años, porque sois parte fundamental de lo que soy.

Besos.

jueves, 9 de agosto de 2007

Castrocontrigo

Castrocontrigo Agosto 2007

Hola desgarramantas...

Recien llegado de Castrocontrigo (León), aun no me he recuperado de la resaca de las fiestas (gracias Val, Paco, Ruben, Manu, Arantxa, Jorge, Yaka...por las risas y los atizados compartidos) y ya salgo para la playa (Cullera y algún otro lugar indefinido de levante) donde me quedaré hasta el domingo....justo después vendrá Menorca.

Hoy cumplo los 30, y aunque no tiene demasiada importancia, lo estoy llevando bastante bien.

Quizás sea porque me ha caido una chulada de GPS TomTom, así que ya no tengo excusa....mi defecto congénito de desorientación crónica y galopante ha pasado a la historia.

Sólo me perderé cuando quiera perderme. Gracias H.

Un beso a todos/as de "ya un treintañero" que os quiere.

jueves, 2 de agosto de 2007

New York. Puente de Brooklyn (Junio-2007)

vacación

f. Periodo de descanso durante el que se interrumpe una tarea o actividad habitual. Más en pl.:
necesito unas buenas vacaciones.

Mañana comienzo unas no demasiado largas vacaciones de 23 días (gasté una maravillosa semana en New York). Creo que las necesito más que nunca. León, Menorca y algún sitio sorpresa más, me esperan....

Por cierto, he tomado la determinación de cumplir los 30 con dignidad y sin deprimirme...simplemente es lo que hay, acumulando experiencia, madurito interesante, esas cosas.

Besos y abrazos.


miércoles, 1 de agosto de 2007

Calor

Hace calor en la calle, calor en casa, calor por dentro y calor por fuera, las cosas se ponen calientes, el agua se calienta, el melón se cuece, mi gato boquea y se tumba inactivo, la calle está vacía, el ventilador hace ruido, por mi espalda resbala una gota de sudor, el pelo pegado, el sol ha decidido ponerse guapo, parece que ha ido al gimnasio, crema y aftersun, la nevera que sufre, el asfalto se derrite, la gente entra en los bares, aire acondicionado, cañas, hielo, helados, que sirven de poco, o de nada, 35 grados, 40 grados, 43 grados y subiendo, el calor cuando aprieta lo hace de verdad, el calor agobia, abanícate, la calor que dicen en mi pueblo, ¿calor femenino?, ¿masculino? ¿calor hermafrodita?, da igual, el calor enferma, destruye, fiebre, rozaduras, quemaduras, sudor, vahídos, la gente mayor odia el verano y el calor, los niños pequeños juegan bajo el sol, ponte el gorro, esa gorra no que los demás se ríen, bebe agua, no te muevas mucho, duerme la siesta, las moscas se posan con el calor, la carretera brilla, espejismo, sed, inapetito, no mires al sol directamente, anda por la sombra, quítate la ropa, te quedas pegado al sofá, hace calor en la calle, calor en casa, calor por dentro y por fuera.

lunes, 30 de julio de 2007

Llenos de música

Una de las cosas más extrañas que me han pasado al regresar del Contempopránea (aunque es común a otros festivales en los que he estado) es que te "llenan" de música. Más allá de saturarte, sales con ganas de escuchar más, y sobre todo, ciertas canciones que te han tocado hondo en los conciertos.

Así por ejemplo, desde este domingo no puedo parar de escuchar y cantar de manera bastante enfermiza "La vida moderna" de La Habitación Roja, "Alegrías de un incendio" de Planetas, "Cualquier otra parte" de Dorian o "Viaje de estudios" de Lori Meyers... y añadiría unas cuantas más.

Y para colmo, hoy volvemos a ensayar....

¿Qué sería de algunos/as de nosotros/as sin música?

CUALQUIER OTRA PARTE

Ver que ya no piensas en mí
Que ya no crees en la gente
Que tomas pastillas rosas
Y te has vuelto nihilista
Y sueñas con no soñar

Entraría en tu luz
Con una canción sencilla
Tres notas y una bandera
Tan blanca como el corazón
Que late en tu cuerpo de niña

Estaría tan lejos de ti
Que ya no recuerdo el momento
En que te dije por última vez
Que el cielo se está abriendo
Y se abre bajo tus pies
Y quiero que vengas conmigo

A cualquier otra parte (…)

Ver que no sabes decir que no
Que vivo en pisos oscuros
Y tengo dos mil razones
Para olvidarme de todo
Y no pensar más que en tu voz

Entraría en tu luz
Con una canción sencilla
Tres notas y una bandera
Tan blanca como el corazón
Que late en tu cuerpo de niña

Estaría tan lejos de ti
Que ya no recuerdo el momento
En que te dije por última vez
Que el cielo se está abriendo
Y se abre bajo tus pies
Y quiero que vengas conmigo

A cualquier otra parte (…)

Dorian